El Congreso de Brasil rechazó imputar al presidente Michel Temer y archivó por 251 votos a favor y 233 en contra la denuncia contra el jefe del Estado, cuyo estado de salud provocó mayor incertidumbre en una jornada ya de por sí de alta tensión política en el país.
El plenario de la cámara baja tardó más de seis horas en lograr el quórum necesario (342 de 513 diputados) para poder votar el informe parlamentario que recomendaba archivar la demanda de la Fiscalía, que acusó a Temer en septiembre pasado de obstrucción a la justicia y de asociación ilícita.
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Junto a Temer habían sido denunciados los ministros en activo Eliseu Padilha y Moreira Franco, el ex presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, ya encarcelado y con varias causas pendientes, y los ex ministros Henrique Alves y Geddel Vieira Lima, también en prisión.
En la denuncia, de 245 páginas, el Ministerio Público aseguró que Temer era el “líder de la organización criminal desde mayo de 2016”, y señaló a su partido, el centrista PMDB, de usar instituciones públicas como la petrolera Petrobras, el banco Caixa Económica Federal y el Ministerio de Integración, entre otras, para cometer los supuestos crímenes.
“El esquema (criminal) desarrollado permitió que los denunciados recibieran por lo menos 587 millones de reales (unos 182 millones de dólares) en propina”, aseguró el Ministerio Público.
La denuncia, la segunda contra Temer, único presidente de Brasil en ejercicio en ser demandado por la Fiscalía, necesitaba el apoyo de dos tercios del Congreso para prosperar.
La votación, que trató de ser boicoteada por la oposición de izquierda, supone una victoria para Temer, aunque el resultado en el Congreso reflejó un “músculo político” del mandatario algo menor que hace dos meses.
Temer ya se salvó de una denuncia por corrupción en agosto pasado, gracias a una ardua articulación política que permitió que 264 diputados votaran contra la imputación, por 227 a favor.
El resultado de la votación de este miércoles era un termómetro del apoyo político del mandatario brasileño, quien llegó al poder sin el respaldo de las urnas y prometió una serie de reformas económicas de corte liberal –como la privatización de entes públicos y la reforma del sistema de pensiones- que todavía no concluyó.
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La maratónica jornada política en Brasilia estuvo marcada por un hecho inesperado de última hora: la hospitalización por unas horas de Temer como consecuencia de una obstrucción urológica” que exigió someterle a análisis y a un tratamiento en un hospital militar de la capital.
La presidencia brasileña informó que el mandatario sintió durante la mañana “incomodidad” cuando estaba en el Palacio del Planalto y fue llevado al médico de la sede del Ejecutivo, que detectó una “obstrucción urológica” y recomendó análisis suplementarios.
“El presidente Temer recibió el alta (médica) después de las 20:00 (horas). Se encuentra bien y, siguiendo la orientación médica, irá a descansar en casa”, indicó la presidencia en un comunicado publicado a primeras horas de la noche que, sin embargo, no precisó las causas del problema urológico.
El presidente salió por su propio pie del centro hospitalario y dijo que “está entero”.
Su internación durante la mañana se produjo cuando el propio Temer, de 77 años, estaba llevando a cabo negociaciones con parlamentarios para lograr su apoyo en la votación en el Congreso.
ja mj