En Cuba, fumar es otro de los suplicios de una crisis que no parece tener fondo

Por años la isla ha sido foco mundial de producción de tabaco, pero las graves afectaciones económicas han repercutido en que su desarrollo sea dificultoso.

La producción de cigarros en Cuba ha disminuido considerablemente. | Archivo, Reuters
Manuel Juan Somoza
Cuba /

José Antonio Ciriano, de 76 años, enfrenta otra disyuntiva para él desgarradora: dejar el hábito de fumar contraído desde que en la adolescencia se sumó al arrebato de la revolución cubana o pagar hasta cuatro veces más el valor oficial de una cajetilla, si puede encontrarla en el mercado negro.

"Fumar era una moda en el 59 y mantener el hábito es una decisión personal pese a que el médico te dice lo contrario. Sé que el no fumador tiene un problema menos en este país, donde comprar comida o medicinas es otra tortura de muchas horas de cola (fila) sin saber si a la larga podrás conseguir lo que necesitas. Pero a mi edad me niego a que por ineficiencia o por la crisis, o por las dos cosas juntas, me obliguen también a abandonar el hábito", cuenta a MILENIO.

La conversación transcurre luego de que él recorriera desde el viernes los lugares más increíbles de La Habana en busca de H.Upmann con filtro, una de las marcas que la empresa brasileña-cubana BrasCuba lleva más de un año sin producir en las cantidades que demanda el mercado. Tampoco se sostiene la oferta de cigarrillos fabricados por empresas del Estado y comercializados mediante la cartilla de racionamiento.

Según datos oficiales, el 24 por ciento de la población cubana mayor de 15 años tiene el hábito de fumar.

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"Tengo el carro en mantenimiento y el viernes mi hijo mayor me llevó a tres de las tiendas (estatales) que venden en dólares y no había; recorrimos cinco merolicos (comercios privados que revenden) y nada. El sábado me fui caminando a otra tienda en dólares y los empleados no sabían si iban a vender porque tenían el vestíbulo repleto de mercancías y no se podía ni caminar", relató.

José Antonio puede darse el "lujo" de persistir en su adicción; tiene ingresos adicionales a su jubilación de mil 500 pesos (60 dólares al cambio oficial; 23.43 dólares en el predominante mercado informal).

Jubilación "mejorada", en el decir del gobierno, porque en teoría creció más de tres veces en virtud del ordenamiento monetario en curso que, sin embargo, ha disparado la inflación a niveles sin precedentes, dejando sin sustancia los aumentos de pensiones y salarios.

Él tiene como fuentes de dinero duro a cuatro hijos que viven en otros países y forma parte de un segmento poblacional con recursos, que crece en la isla socialista, donde el gobierno culpa de casi todos los males al bloqueo reforzado de Estados Unidos.

Ese sábado que José Antonio buscaba cigarrillos, la libra de carne de cerdo en La Habana partía de 170 pesos ( 6.8 dólares, 138 pesos mexicanos); por 12 plátanos (para freír), 3 libras de malanga, una libra de frijoles colorados, una libra de ají y una cabeza de ajo, se pagaban 510 pesos, equivalentes a 20.4 dólares, unos alrededor de 414 pesos mexicanos.

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El doctor en Ciencia Históricas, Calos Alzugaray, considera que en Cuba existe “la creciente percepción de que las autoridades han sido incapaces de resolver los problemas principales que enfrentan los cubanos para vivir, o hasta para sobrevivir”.

Y ese criterio no solo lo comparte José Antonio, sino que es para muchos cubanos una de las causas de las manifestaciones antigubernamentales del 11 y 12 de julio, aprovechadas por la oposición a fin de hacer política y por la delincuencia para asaltar comercios.

El doctor en Ciencias Económicas, Juan Triana, estima por su parte que han sido demasiadas las décadas perdidas por el gobierno para acometer los cambios económicos y estructurales que le urgen a la isla. “Treinta años posponiendo y demorando cambios necesarios en lo económico, desconociendo la existencia de leyes objetivas, que al final se imponen. Y 30 años es mucho tiempo para un ser humano”.

En este complejo escenario hoy, más de 72 horas después de iniciar su búsqueda, José Antonio consiguió 10 cajas de Hupmann a 105 pesos cada una, que en el mercado oficial se compran en 24,50 pesos, cuando aparecen.

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