El bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba cumplió hoy 60 años, pero para septuagenarios como José Antonio Miranda “esa especie de guerra no declarada comenzó mucho antes, cuando aquí ni siquiera pensábamos en el socialismo”.
A los 78 años, Miranda es uno de los jóvenes que se unieron a Fidel Castro tras el triunfo de la revolución en 1959 y desde entonces, comenta a MILENIO, “nunca me he arrepentido de lo que hicimos para tener un país soberano y próspero, aunque no le gustara a los americanos”.
- Te recomendamos Díaz-Canel defiende nueva legislación que incluye matrimonio igualitario en Cuba Internacional
“Unos tres meses después del triunfo de la Revolución, Fidel fue a Estados Unidos a reunirse con el presidente (Dwight. D.) Eisenhower y este rechazó recibirlo; después suspendieron las ventas de petróleo, las compras de azúcar, que eran la principal fuente de ingresos de este país, y a partir de ahí ya se puede imaginar presión y más presión”, rememora.
Miranda es un ingeniero jubilado a quien le cuesta trabajo llegar a fin de mes por la magra pensión que recibe cuando la inflación en la isla llega a 77 por ciento, según estimado oficial; la menor de sus dos hijos se fue a vivir a España porque, admite él, “estaba cansada de esperar a que las cosas mejoraran”.
Sin embargo, este hombre vive convencido “de que aun con los muchísimos errores cometidos, con todo lo que hay que cambiar, con promesas sin cumplir, Cuba podría estar mucho mejor si los americanos no inventaran cada día una sanción para jodernos”.
No todos los cubanos piensan como él. Entre los jóvenes abundan quienes quieren más resultados concretos que planes y proyectos oficiales.
“Yo tengo pocas esperanzas de que esto mejore, el bloqueo va a seguir y las meteduras de pata del gobierno (cubano) también, así que pienso irme de aquí”, afirma Rogelio Gutiérrez, de 38 años.
Y entre las visiones de Miranda y Rogelio andan los cubanos 60 años después de que el presidente John F. Kennedy firmara el 3 de febrero de 1962 la orden ejecutiva 3447, que comenzó a aplicarse cuatro días después dando vida a un amasijo de leyes y resoluciones que fueron creciendo hasta convertirse en una especie de muro invisible y enmarañado, que impide o complica cualquier relación normal entre la mayor isla del Caribe y el resto del planeta.
Cuba lleva 60 años repartiendo poco entre muchos
Los líderes cubanos dicen que el bloqueo es la causa principal de las crisis vividas por la isla en estos años. Solo la alianza con la Unión Soviética en plena Guerra Fría permitió al país sortear las presiones estadunidenses hasta que el gigante euro-asiático despareció en 1991. Después, Cuba siguió su camino a solas y se multiplicó la presión de Washington.
En 1992, el Congreso estadunidense aprobó la Ley Torricelli mediante la cual Estados Unidos sanciona a cualquier barco de cualquier nacionalidad que toque puerto cubano, y en 1996 irrumpió la ley Helms-Burton, que trasladó las sanciones a empresarios de cualquier nacionalidad que hagan negocios con Cuba y le arrebató a la Casa Blanca la potestad de suspender el bloqueo por orden ejecutiva. Por ello, ni durante el llamado deshielo entre Washington y La Habana (2014-2017), el presidente Barack Obama pudo suspender esa política.
En el nuevo siglo siguieron acumulándose legislaciones punitivas y como guinda de un pastel amargo el presidente Donald Trump adicionó más de 400 sanciones económicas, vigentes durante la actual presidencia de Joe Biden.
“En los últimos tres meses de 2021 pudimos exportar a varios países vacunas contra el covid-19 (la isla ha desarrollado tres) y otros productos, sin embargo, debido a la persecución financiera de Estados Unidos, incluida la negativa de varios bancos para trabajar con Cuba, se han acumulado cifras millonarias que no se han podido cobrar”, ejemplifica el doctor Eduardo Martínez, titular de la empresa estatal BioCubaFarma, en momentos en que el país padece otra crisis económica sin salida a la vista
Desde 1959, pasaron 12 administraciones por la Casa Blanca, se han acumulado 60 años de bloqueo con daños estimados en 147 mil 853,3 millones de dólares y cuatro generaciones de cubanos han tenido que vivir bajo la práctica de repartir poco entre muchos.
OMZI