Corea del Norte disparó este sábado cuatro misiles balísticos de corto alcance, en nuevos lanzamientos que se suman a la larga serie efectuada esta semana y que coincidieron con la jornada final de las maniobras aéreas más grandes organizadas por Washington y Seúl.
El ejército surcoreano detectó el lanzamiento "desde Tongrim, la provincia del Pyongan del Norte, al Mar Occidental entre las 11:32 y las 11:59 hoy", dijo el Estado Mayor Conjunto en un comunicado, en el que utiliza otro nombre para referirse al mar Amarillo.
Corea del Norte ha lanzado una treintena de misiles balísticos esta semana. Uno de ellos cayó en aguas territoriales surcoreanas.
La Unión Europea condenó "con fuerza" este mismo sábado el lanzamiento de estos nuevos misiles norcoreanos, y llamó a una "respuesta unida" a estos actos.
"Las acciones de Corea del Norte requieren una respuesta unida y resuelta de la comunidad internacional", indica un comunicado del jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
Estados Unidos y Corea del Sur consideran que esta andanada de disparos puede culminar con un ensayo nuclear de Corea del Norte, el primero desde 2017.
El viernes, Washington y Seúl decidieron ampliar un día unos ejercicios militares conjuntos bautizados "Tormenta Vigilante", que se iniciaron el lunes.
Un bombardero estratégico B-1B estadounidense participó este sábado en las maniobras aéreas, en lo que representa el primer vuelo de una aeronave de este tipo en la península coreana desde diciembre de 2017.
Los expertos señalan que el régimen comunista liderado por Kim Jong Un se ha mostrado especialmente irritado ante estas maniobras, las más importantes jamás realizados por Seúl y Washington, con cientos de aviones movilizados por cada lado.
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"Amenaza significativa"
En otras ocasiones, Corea del Norte ya manifestó su enojo por el despliegue de armas estratégicas estadounidenses, como los bombarderos B-1B o los portaaviones, habitualmente enviados a la zona en momentos de alta tensión.
Aunque el B-1B ya no va equipado con armas nucleares, la fuerza aérea estadounidense lo define como "la columna vertebral de los bombarderos de largo alcance de Estados Unidos", que pueden atacar en cualquier lugar del mundo.
Un experto en cuestiones norcoreanas, Ahn Chan-il, dijo a AFP que teniendo en cuenta el hecho de que Estados Unidos considera al B-1B como un elemento estratégico clave, su despliegue puede ser visto por Corea del Norte como una "amenaza significativa".
El viernes, Corea del Sur hizo despegar a decenas de cazas después de detectar la movilización de 180 aviones norcoreanos.
Los expertos dicen que Pyongyang es además particularmente sensible a estas maniobras porque la fuerza aérea es uno de los puntos débiles de su ejército, ya que carece de aviones caza de alta tecnología y pilotos entrenados adecuadamente.
En comparación con la envejecida flota norcoreana, los ejercicios de Tormenta Vigilante han servido para mostrar en acción a los aviones de combate más modernos de Estados Unidos y Corea del Sur, incluyendo los cazas F-35.
En declaraciones el viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU, la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield rechazó las críticas por las maniobras y las calificó de "propaganda" norcoreana, asegurando que no suponen amenaza alguna para otros países.
La diplomática acusó a China y a Rusia de haber protegido a Corea del Norte, que se ha "burlado" del Consejo de Seguridad con este lanzamiento sin precedentes de misiles, que agravó las tensiones en la península coreana.
Pero China, el aliado más cercano del régimen de Pyongyang, y Rusia, cuyas relaciones con Occidente se han deteriorado desde que invadió Ucrania el pasado febrero, acusan a Estados Unidos de provocar a Corea del Norte.
MO