Corea del Sur suspenderá parcialmente el miércoles un acuerdo intercoreano para retomar la vigilancia aérea del frente con Corea del Norte, después de que Pyongyang dijera que había lanzado un satélite militar espía, lo que incumplía vetos de Naciones Unidas, según autoridades en Seúl.
El anuncio surcoreano —que probablemente indignará a Corea del Norte— llegó horas después de que el gobierno norcoreano afirmara haber puesto en órbita un satélite de reconocimiento militar en su tercer lanzamiento de esa clase este año.
Las afirmaciones no han sido verificadas de forma independiente. El Pentágono dijo que aún estaba evaluando el éxito del lanzamiento, mientras que Japón dijo que no había confirmación de que el satélite norcoreano hubiera entrado en órbita. Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados condenaron con rapidez el lanzamiento norcoreano que creen pretende mejorar la tecnología de misiles del país y establecer un sistema de vigilancia espacial.
Corea del Norte dijo que tiene derecho legítimo y soberano a lanzar satélites espía para lidiar con lo que considera amenazas crecientes lideradas por Estados Unidos. Pero las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aún prohíben cualquier lanzamiento satelital de Corea del Norte, que consideran una prueba encubierta de su tecnología de misiles de larga distancia.
Heo Tae-keun, viceministro surcoreano de Defensa Nacional, dijo en una conferencia de prensa televisada que el nuevo lanzamiento norcoreano no sólo era una clara violación de las resoluciones de la ONU, sino también una “grave provocación que amenaza nuestra seguridad nacional”.
Heo dijo que Corea del Sur respondería suspendiendo parcialmente el acuerdo intercoreano de 2018 de reducción de tensiones para reanudar la vigilancia aérea en la frontera. La decisión se aprobó el miércoles en el consejo de gobierno surcoreano.
Añadió que según la sólida alianza militar con Estados Unidos, Corea del Sur “castigará con rapidez y firmeza” a Corea del Norte si utiliza la medida surcoreana como pretexto para otra provocación.
El acuerdo de 2018, alcanzado durante un breve periodo de acercamiento en las dos coreas, establecía zonas de separación y exclusión aérea en la fortificada frontera entre ambos países. Según el acuerdo, las coreas debían detener el reconocimiento aéreo en el frente y las maniobras con munición real, y retiraron parte de sus puestos de guardia y minas terrestres en zonas fronterizas.
El acuerdo provocó duras críticas de los conservadores en Corea del Sur, y el acercamiento terminó poco después del colapso de las negociaciones nucleares entre Corea del Norte y Estados Unidos en 2019. Desde entonces Pyongyang ha acelerado las pruebas de misiles para modernizar su arsenal de armas, lo que provocó que Estados Unidos y Corea del Sur ampliaran sus maniobras de defensa en respuesta.