El Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), máxima instancia de dirección colegiada de la isla, finalizó dos días de balance de la realidad socio-económica nacional con un llamado a despertar el “aliento mítico” de la revolución en el escenario de “economía de guerra” que vive el país.
Según la Constitución cubana, las decisiones del Comité Central del PCC son de estricto cumplimiento por el gobierno y el Estado, y regirán la vida nacional hasta su próximo cónclave.
“Redescubrir el aliento mítico de la Revolución y desde él levantarse”, fue una de las recomendaciones que hizo Miguel Díaz-Canel, presidente de la República y primer secretario del PCC, según las reseñas de la prensa oficial, única que asistió a la cobertura de la reunión.
Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero, quien integra igualmente esa instancia de dirección, dijo que su gobierno trabaja “en un escenario de economía de guerra” por las sanciones de Estados Unidos e instó a “revertir la situación actual” de crisis, que se profundiza desde hace tres años.
Inflación sin control, desabastecimiento de alimentos y medicinas, limitaciones en los servicios de electricidad y transporte, falta de divisas fuertes, migración en alza y un desconcierto ciudadano que crece, son algunas de las características del panorama nacional este año.
Solo en cuanto a la inflación “al cierre de 2023 se estima un crecimiento en el entorno del 30 por ciento”, dijo el ministro de Economía Alejandro Gil.
Nuevas políticas aprobadas para reanimar la economía. En el cónclave trascendió que este año no se alcanzará el crecimiento económico previsto del tres por ciento, tampoco la llegada de 3.5 millones de turistas extranjeros para volver a echar a andar lo que en el país se considera “la locomotora de la economía”, ni la reanimación de la industria azucarera, entre otros saldos negativos.
“No se alcanzan los niveles previstos para este año por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, la crisis económica multidimensional, la insuficiente generación de ingresos de divisas, y los desequilibrios macroeconómicos de la economía cubana”, dijo una vez más el ministro Gil.
De ahí que en la reunión se aprobara un reajuste a las reformas económicas en marcha desde hace una década y la puesta en práctica de un programa de estabilización macroeconómica.
Se trata de “un programa de estabilización que establezca un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación”, dijo Gil.
También se aprobó descontinuar la aplicación de la denominada Tarea Ordenamiento, un paquete de reformas que pretendía acabar con la dualidad monetaria en el país y ha generado pérdida de poder adquisitivo, mayor inflación y dolarización de la economía nacional.
El reajuste de las reformas y la anulación de la Tarea Ordenamiento eran solicitadas desde hace varios años por economistas, sociólogos y hasta ciudadanos de a pie.
Entre las nuevas políticas aprobadas “resalta la que estipula el fomento de la inserción efectiva de las formas de gestión económica no estatal (sector privado) en la economía nacional y su integración con la empresa estatal, incentivando a aquellas que ofrezcan soluciones al desarrollo económico y social de país”, según reseñó la prensa oficial.
SNGZ