Crisis migratoria se agudiza en Chicago, EU, por bajas temperaturas

La crisis migratoria se agudiza conforme se acercan las elecciones en Estados Unidos. Te decimos cómo están pasando los fríos en el país norteamericano.

Crisis migratoria en EU (Diseño: Mauricio Ledesma)
Liliana Padilla
Estados Unidos /

Jorge, originario de Caracas, Venezuela, llegó a Chicago, Estados Unidos, donde vio por primera vez la nieve. De haber sido en otras circunstancias, la habría disfrutado junto con su pequeña Alexis, sin embargo, lo hizo en las peores condiciones: sin trabajo, comida ni ropa adecuada para enfrentar el helado clima.

Como él, hay casi 15 mil migrantes, la mayoría originarios de Venezuela, a quienes subieron a un autobús en Texas, y 28 horas de viaje después, conocieron lo que es vivir con el termómetro bajo cero.

“Con las tormentas todo está paralizado, no hay nada, estamos con las manos atadas”, relata Jorge mientras carga a su pequeña en hombros y con las manos sostiene un cartón que muestra en las esquina para pedir dinero.

Por la tarde, cuando el frío es aún más insoportable regresa al albergue en Pilsen, su hogar temporal por 60 días.

Jorge llegó hace un par de semanas desde Texas; después de entregarse a las autoridades de migración y solicitar asilo, la policía de Texas lo subió a un autobús con destino a Chicago —aunque él quería ir a Denver—. Cuando llegó, se enfrentó a un clima extremo y nula posibilidad de empleo.

La crisis migratoria afecta hasta los más pequeños. (Liliana Padilla)

En Chicago, las temperaturas han marcado hasta -20 grados en los últimos días, pero eso no ha sido impedimento para que el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott enviara cientos de autobuses repletos de migrantes.

Apenas hace 48 horas se detuvo esa política, pero no fue concesión, sino la respuesta a la demanda interpuesta por la ciudad a las líneas de autobuses que llegaban a Chicago y dejaban a los migrantes a su suerte.

Sin ropa, abrigos, gorros y guantes y sin importar que entre tanta gente hubiera niños, los dejaban en las calles; así llenaron los 28 albergues que hay en esta ciudad.

Las autoridades comenzaron a facilitar autobuses públicos para que pudieran resguardarse del clima gélido en tanto se les asignaba un espacio en alguno de los refugios.

Hoy, todos los refugios están abarrotados y quienes no han encontrado lugar duermen en el aeropuerto O’Hare a la espera de encontrar un sitio donde dormir y recibir alimentos, mientras que aquellos a quienes se les venció el periodo de 60 días de estancia en albergues, duermen en pequeñas casas de campana, sobre aceras tapizadas de nieve.

Es otra de las caras de la crisis migratoria y que se agudiza conforme se acercan las elecciones en Estados Unidos.

Illinois será sede de la Convención Demócrata en agosto próximo y en Chicago hoy hay al menos 15 mil migrantes que llegaron en autobuses desde Texas.

Piden a Greg Abbot que deje de mandar migrantes 

Hace una semana, el gobernador demócrata, J.B. Pritzker envió una carta a Greg Abbot para suplicarle el cese del envío de migrantes, al menos temporalmente, sin embargo, la administración texana respondió con un rotundo ¡no!, por lo que la ciudad de Chicago demandó a las líneas privadas de autobuses.

La capital de Illinois ha sido una ciudad santuario y las políticas demócratas respecto a la migración la convierten en objetivo de las políticas del republicano Greg Abbott que los ha expulsado de su estado.

Sobre la calle Halsted, a menos de dos kilómetros de donde permanecen estacionados los autobuses con calefacción para recibir a los migrantes recién llegados, se encuentra uno de los refugios más saturados.

Hay por lo menos 2 mil 600 migrantes, casi todos, originarios de Venezuela que aguardan ya con impaciencia y sin suerte para buscar empleo, por lo que la mayoría termina pidiendo limosna en las calles o limpiando autos.

Hay por lo menos 2 MIL 600 migrantes afectados por la crisis en EU. (Liliana Padilla)
“Yo vine a aquí a conseguir trabajo para darle a mi familia una mejor vida, en Venezuela no es posible vivir con 20 dólares al mes. Aquí ya no tengo ni eso. Puedo hacer cualquier cosa, limpiar casas, recoger nieve, lo que sea. Pero a veces no podemos ni salir, el otro día saqué a mi hijo a conseguir algo de comer y después ya no aguantaba la mano por el frío y eso que le puse guantes”, lamenta Maike Gregorio.

Como él, los migrantes venezolanos que permanecen en el refugio de la calle Halsted, buscan un empleo con el cual sostener a sus familias durante los próximos 3 años, tiempo en el que deberán presentarse ante un juez por sus casos de asilo.

“Queremos hacer las cosas bien, conseguir un empleo, pero con la tormenta todo está paralizado. Yo puedo trabajar de cualquier cosa, limpiando casa, recogiendo nieve, lo que quiero es trabajar y demostrar que somos personas buenas” asegura Jorge Rubio, uno de los 2 mil 600 migrantes que permanecen en el refugio y cuyo sueño americano transcurre en medio un clima gélido en busca de empleo y comida para su familia.

RM


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