Los cubanos conmemoraron el aniversario 70 del inicio de la revolución con una ceremonia en el cuartel Moncada, mismo que Fidel Castro y un puñado de seguidores intentaron tomar sin éxito el 26 de julio de 1953.
“Esta es expresión de la voluntad de no rendirse jamás”, proclamó el presidente Miguel Díaz-Canel en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, frente a una multitud que ondeaba la bandera nacional.
“Cuba lleva más de 200 años enfrentando agresiones” de Estados Unidos, que “ha recurrido a la zanahoria o al garrote como variantes, pero no existe fuerza que haga renunciar a las nuevas generaciones de cubanos de los ideales marxistas y martianos”, proclamó el mandatario en la antigua fortaleza militar convertida en escuela tras el triunfo de la revolución.
En el calendario político cubano, este es el Día de la Rebeldía Nacional, por eso la solemnidad de la ceremonia se combinó con música, poemas y discursos.
Se juntó a la generación que simboliza Díaz-Canel, de 62 años, con la presencia de los únicos sobrevivientes de aquel primer asalto orquestado por Fidel Castro, aún en funciones políticas: el general Raúl Castro, 92 años, y el comandante Ramiro Valdés, de 91.
Tras el primer fracaso de la revolución, sobrevino el asesinato de los heridos, la captura posterior de quienes lograron retirarse hacia las montañas (Fidel Castro incluido), la prisión, una amnistía por presión popular, el exilio en México y el reinicio de la lucha a tiros en 1956 hasta la victoria tres años después.
“El pueblo espera respuestas”, admite el presidente.
En un discurso leído en 23 minutos y transmitido en vivo a todo el país por la televisión, Díaz- Canel reconoció “la difícil cotidianidad” que padecen los cubanos.
“El pueblo espera respuestas”, remarcó, pero insistió en que esa complejidad “será vencida”. Particularizó también las sanciones “más perversas” impuestas a su país por Estados Unidos.
En primer lugar habló de la inclusión de la isla en un listado de países promotores del terrorismo “por su impacto negativo en nuestras transacciones comerciales y financieras”, así como “la persecución a las importaciones de petróleo” y “la demonización de los servicios médicos que presta Cuba en decenas de países para privarnos de importantes ingresos”.
El país caribeño sufre desde hace más de dos años escasez de medicamentos y alimentos, una de las mayores inflaciones de la región e inestabilidad en los servicios de electricidad, gas y agua. Igualmente la migración de miles de personas, la mayoría con alta escolaridad, en medio de una reforma al andamiaje económico nacional sin resultados a la vista.
Opiniones al margen del discurso oficial
Al margen del discurso oficial, el laureado escritor cubano Leonardo Padura estimó que la isla “ha tocado fondo y lo peor es que si en otros momentos todavía hubo alguna esperanza de que las cosas iban a mejorar, yo creo que lo que más falta hoy no es la comida, el combustible, la electricidad o el café, lo que más falta es la esperanza”, lamentó.
Opositores y exiliados estiman que la revolución “ya se acabó, su liquidación solo es cuestión de tiempo”, punto de vista que comparten altos cargos en Washington.
En tanto, Rodrigo Pérez, de 80 años, resumió así el sentir de otra parte de los cubanos: “Sí, es muy duro este momento, sobre todo porque nos falta Fidel (Castro) y su capacidad de hacer posible lo imposible, pero cuál es la alternativa, ¿el neoliberalismo? Mire yo espero que salgamos de esto, como otras veces, sin renunciar a lo que hemos vivido”, concluyó.
SNGZ