Los cubanos recordaron hoy la derrota de hace 61 años de mil 600 anticastristas armados y organizados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos que desembarcaron en Bahía de Cochinos, al sur de la isla, con la intención de liquidar al gobierno de Fidel Castro.
Hoy en la portada, “El matutino Nacional Granma” afirmó que, conforme el tiempo pasa es más evidente la clara lección que dejó la victoria conseguida en ese sureño territorio de Ciénaga de Zapata, cuando un pueblo miliciano fue capaz de enfrentar y vencer a los invasores, a pesar del peso abrumador de sus armas y el apoyo imperialista.
La invasión comenzó con bombardeos a los principales aeropuertos en La Habana y Santiago de Cuba, para destruir en tierra la aviación militar; siguió con la movilización en la isla de las tropas regulares y las milicias de trabajadores y estudiantes; impulsó la proclamación del rumbo socialista del país; y concluyó tras 72 horas de combates.
“Nosotros, a decir verdad, en aquel momento no sabíamos qué cosa era el socialismo. Fuimos a Girón -una de las dos playas por las que se registraron los desembarcos- a luchar por el socialismo porque lo había dicho Fidel y por todo lo que se había logrado en aquellos años. Porque había justicia y se estaba luchando por los más humildes y a eso se le puso socialismo”, afirmó Ulises Estrada, uno de los combatientes de aquella gesta.
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Ulises falleció en 2014 luego de convertirse en uno de los oficiales de mayor rango en los servicios de inteligencia de Cuba, vinculado en especial al apoyo a los movimientos de liberación en África y América Latina, incluidas las acciones del comandante Ernesto Che Guevara en Bolivia, y sus pronunciamientos fueron reproducidos este martes por el diario Juventud Rebelde.
El 24 de abril de 1961, el presidente John F. Kennedy reconoció la implicación de su gobierno en la “Operación Pluto”, nombre clave dado por la CIA a la invasión, y como revancha se aprobó la “Operación Mangosta”, combinación de acciones encubiertas contra objetivos estratégicos en la isla, que dejaría más de mil muertos como saldo.
Dos hechos insólitos
En los combates fueron hechos prisioneros mil 200 anticastristas, que volvieron a Estados Unidos tras aceptar Washington el pago a La Habana de una indemnización de 52 millones de dólares en alimentos y medicinas. Ese acuerdo fue negociado con Castro por el abogado estadunidense James Donovan.
“Lo increíble es que al abogado que negoció conmigo, la CIA lo trató de utilizar para que me trajera de regalo un traje de buzo que venía impregnado de hongos y bacterias suficientes para matarme”, contó Castro al periodista francés Ignacio Ramonet, tomando como referencia el libro “Cien horas con Fidel”.
En este contexto, debieron pasar además 18 años para que el gobierno cubano entregara a funcionarios estadunidenses el cinco de diciembre de 1979 los restos de Thomas Willard Rayd, uno de los pilotos contratados por la CIA muerto en los combates de Bahía de Cochinos.
Los restos del estadunidense fueron preservados por los cubanos y la entrega a su familia solo fue posible tras la intervención, un año antes, del entonces presidente James Carter y el senador republicano John Buchanan. Hasta ese año, la CIA había informado a la familia que Ryad, desapareció en combate.
EABZ