La inflación interanual, uno de los principales azotes de los cubanos, se situó en agosto pasado en 39.52 por ciento, y sobrepasó lo registrado en el mismo mes del año anterior (34.31 por ciento), confirmó la oficial Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei).
La institución, que centró su análisis solo en el mercado formal, puntualizó que “el índice de precios al consumidor aumentó 0.70 por ciento con respecto al mes anterior”.
Por rubros, la Onei apuntó un crecimiento interanual de 60.76 por ciento en restaurantes y hoteles; 53.47 por ciento en alimentos y bebidas no alcohólicas; 33.02 por ciento en transporte; y 23.99 por ciento en bines y servicios diversos.
“Mire yo no sé de estadísticas, lo que sí sé es que me jubilación no alcanza para cubrir el mes porque aquí suben los precios todos los días, lo mismo las tiendas del estado que las privadas”, comento a MILENIO Julia Elvira Sánchez, académica pensionada.
El aumento de la inflación, sin que el gobierno haya sido capaz de atenuarla, “yo creo que es el principal de nuestros males, más que los apagones o la carencia de alimentos y medicinas”, agregó Sánchez, sintetizando declaraciones muy parecidas de otros cubanos.
Desde hace varios años, Cuba enfrenta la peor crisis del siglo por el aumento de las sanciones económicas de Estados Unidos y la improductividad de su economía. Todo ello en medio de una profunda reforma estructural, sin resultados a la vista.
“Cuando más se ha hecho, peor estamos. Resultará paradójico, pero quizás en los años (estos últimos tres) en que más medidas se han adoptado para devolver al sistema económico su dinámica, en que más apertura se ha logrado en el funcionamiento de la economía si lo comparamos con períodos anteriores, resultan ser en los que peores resultados se han obtenido”, considera el doctor en Ciencias Económicas, Juan Triana.
El académico hizo alusión al renacer del sector privado en el país después de medio siglo de prohibición y a otras medidas dirigidas, aun sin éxito, a dinamizar al todavía predominante sector estatal.
“Los prejuicios, los intereses sectoriales y el miedo político nos han llevado y traído una y otra vez desde y hacia propuestas mediatizadas, donde aquellos prejuicios se han impuesto a la racionalidad de las propuestas y han generado excesivas incoherencias, demasiada incertidumbre”, estima Triana.
Las reformas en Cuba, se llevan a cabo tratando de impedir que el estado pierda el control social, económico y político ejercido durante décadas, en el supuesto de que así se garantiza una mejor distribución de las riquezas.
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SNGZ