Cuba llevará a referendo en septiembre próximo un nuevo Código de Familias que incluye los controvertidos temas del matrimonio igualitario y la responsabilidad paternal, en un proyecto que fue debatido en asambleas de barrios por 6.4 de los 11.33 millones de habitantes de la isla.
El anuncio trascendió en La Habana luego de que la Asamblea Nacional conociera las modificaciones propuestas al proyecto por los cubanos entre febrero y abril pasados, lo cual conllevó a la realización de una nueva versión del código, que volverá a ser debatido en el legislativo en julio, sesión de la cual saldrá la propuesta definitiva que ira a consulta popular.
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“Este es un momento que no podemos acomodarnos; es indudable que existe un reconocimiento a las virtudes del Código de Familias por una parte importante de la población, pero nosotros podemos y tenemos potencialidades para llegar a más personas”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel ante la proximidad de las masivas vacaciones de verano en el país.
El mandatario cubano consideró que “no podemos perder tiempo, no podemos desmovilizarnos en los meses de julio y agosto por las vacaciones”.
Desde antes de la consulta popular, las autoridades desplegaron una intensa campaña publicitaria a favor del nuevo reglamento, que es cuestionado por algunas instituciones religiosas, incluso con demostraciones públicas, y sectores conservadores de la sociedad cubana.
Según la titular de la Comisión Electoral Nacional (CEN), Alina Balseiro, rectora del debate popular, “en ese proceso participaron 6.4 millones de cubanos, de los 11.33 millones de habitantes que tiene la isla, y se realizaron más de 79 mil reuniones”.
Entre los temas que generaron mayor número de propuestas, Balseiro destacó “el matrimonio igualitario, la responsabilidad paternal, adopción, gestación solidaria, autonomía progresiva, orden de los apellidos, discriminación.
En este contexto, Díaz-Canel llamó a las organizaciones sociales “a trabajar persona a persona, casa a casa, familia a familia para explicar cómo va a ser el referendo y como se mide la validez del proceso, para que las personas participen conscientemente”.