El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, llamó al Ejecutivo a cambiar la forma de gobernar por la falta de resultados de las reformas que se implementan en la isla para responder a la mayor crisis económica de los últimos 20 años.
“El 2023 va a ser un año diferente, pero para que lo sea hay que hacer cosas distintas. No basta la consagración al trabajo y el esfuerzo si no viene acompañado por resultados. Tenemos autobloqueo y hay que hacerle una guerra abierta a las ineficiencias y a la chapucería”, dijo Marrero.
Los cubanos llaman “autobloqueo” a la enorme burocracia que atenaza todavía a los sectores de la producción y los servicios, el otro factor que, junto a las sanciones económicas de Estados Unidos -el bloqueo tradicional-, figura entre las causas de la crisis que padece el país.
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“Desde el gobierno tenemos que hacer cosas diferentes, hay que organizar un gobierno de la calle”, propuso el premier en reunión de balance del Ministerio de Economía, instancia que centra las mayores críticas de los cubanos, pero sin dar detalles de cómo se instrumentaría ese procedimiento.
Hace más de 10 años el liderazgo cubano aprobó una reforma económica y estructural para reducir el peso del Estado mediante el desarrollo incluso del sector privado en la producción de bienes y servicios, “pero su tardía puesta en práctica y el temor a perder el control de la economía hipotecan el futuro”, en el decir de expertos.
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“El sistema empresarial cubano no es eficiente, esencialmente debido a que el tipo de relaciones económicas del modelo vigente ni compulsa a la eficiencia ni la permite, está sometido a estructuras muy centralizadas y a una planificación burocrática, los mercados, en términos adecuados, no existen. Eso obviamente, además del tremendo impacto del bloqueo”, puntualizó por su parte el reconocido economista cubano Julio Carranza.
“La situación es muy compleja”, admite el primer ministro
“La situación es muy compleja porque se han venido acumulando problemas de años anteriores y entre todos los impactos está el bloqueo de Estados Unidos”, consideró el primer ministro.
El jefe de gobierno instó a los funcionarios del sector económico a la búsqueda de créditos e inversión extranjera, aunque al mismo tiempo admitió que “la inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo es una de las sanciones que más daño nos hace porque nos cierra las puertas del sistema financiero internacional”.
Cuba es considerada “plaza de alto riesgo” para la inversión extranjera por la política de sanciones de EU.
“Mientras sigamos manteniendo los actuales esquemas no vamos a lograr que la empresa estatal sea el principal actor económico. Vemos precios abusivos y la inflación. Decimos que para que haya más ofertas hace falta divisas y volvemos al mismo círculo”, dijo Marrero en la reunión, que según la prensa oficial se habría efectuado en la tarde del miércoles.
En ese contexto, el titular de Economía de la isla, Alejandro Gil, anunció que para el año en curso “Cuba proyecta un crecimiento en el entorno del 3%”.
A mediados de 2022, Gil estimó un crecimiento de 4% ese año, que finalizó con solo 2% de incremento del Producto Interno Bruto.
aag