La Academia de Ciencias de Cuba (ACC) rechazó hoy la existencia de “ataques sónicos”, también llamado "síndrome de La Habana", contra diplomático de Estados Unidos en la capital de la isla desde finales de 2016, extraño incidente de salud registrado incluso en ese país, China y Gran Bretaña.
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"La ACC está dispuesta a revisar sus conclusiones si surgen nuevas evidencias. Sin embargo, rechaza firmemente como 'verdad establecida' una narrativa construida sobre bases endebles y una práctica científica defectuosa”, dijo la institución tras evaluar nuevos pronunciamientos sobre el tema en Estados Unidos.
Los presuntos "ataques sónicos" contra diplomáticos estadunidenses en La Habana, que paradójicamente habrían comenzado en momentos en que transcurría el inédito “deshielo” entre Washington y La Habana, fue uno de los argumentos empleados por la administración de Donald Trump para disminuir casi a cero los trabajos de su embajada en la isla.
“Ninguna fuente de energía conocida puede causar selectivamente daños cerebrales (con una previsión similar a un haz de láser) en las condiciones descritas para los supuestos incidentes de la Habana, Las leyes de la física que rigen el sonido, los ultrasonidos o las ondas de radio frecuencia (incluidas las microondas) no lo permiten”, dice en una de sus conclusiones la ACC.
El argumento responde a acusaciones originadas en la prensa y sectores políticos de Estados Unidos que atribuyeron los problemas de salud, incluidos daños cerebrales, de más de una decena de diplomáticos estadunidenses en la isla a un complot urdido por rusos y cubanos en desacuerdo con la normalización de relaciones, mediante el empleo de un "arma sónica".
La ACC agregó por su parte que “aunque hay armas que utilizan el sonido o microondas son de gran tamaño y no hay posibilidad de que pasen desapercibidas (o deje rastro) si se hubiese desplegado en la Habana. Ni la policía cubana, ni el FBI (Buró de Investigaciones Federales de Estados Unidos), ni la Real Policía de Canadá, han descubierto pruebas de 'ataques' a diplomáticos en la isla a pesar de intensas investigaciones”.
Investigaciones en EU
En junio pasado, el presidente Joe Biden creó un grupo de expertos para reanalizar las causas de los raros incidentes sufridos “por más de 130 funcionarios estadunidenses en el extranjero, incluyendo en Gran Bretaña, China, Cuba y el mismo Estados Unidos”, según fuentes de ese último país”.
Poco después, expertos de las Academias Nacionales de Ciencias estadunidenses dijeron que “las sensaciones (sufridas por los funcionarios) probablemente fueron causadas por una forma de energía dirigida, probablemente microondas”.
A comienzos de septiembre, el viaje de la vicepresidente Kamala Harris a Vietnam se retrasó varias horas luego de que la embajada de Estados Unidos en el país asiático informara de otro “posible incidente anómalo” sobre el cual, después, no hubo más información.
En este contexto, el departamento de Estado anunció el 2 de septiembre que permitirá a sus diplomáticos en La Habana trabajar acompañados por algunos familiares adultos, lo que fue interpretado en medios diplomáticos de la capital cubana como “un primer paso para reanudar los servicios consulares en la isla”.
De acuerdo con estimados no oficiales, en estos momentos hay más de 100 mil solicitudes de visas de inmigración de ciudadanos cubanos que no han sido procesadas porque los servicios consulares están suspendidos. Por ello, Washington trasladó esos trámites a su consulado en Guyana, complicando todavía más las gestiones.
Cuba dispuesta a colaborar con las investigaciones
El “síndrome de La Habana” o los llamados “ataques sónicos” son solo algunas de las etiquetas creadas internacionalmente en torno a estos incidentes, que para el gobierno cubano representan otro desafío, no solo por el incumplimiento de los acuerdos pactados por los dos países en cuanto a la entrega de más de 20 mil visas anuales, sino por el incremento de la migración ilegal hacia Estados Unidos.
De ahí el interés del gobierno de la isla de apoyar las investigaciones de “una manera transparente” y la disposición la Academia de Ciencias de Cuba, expresada en su más reciente informe, “a colaborar con cualquier otra contraparte estadunidense o internacional, con el objetivo de comprender mejor los incidentes de salud que afectaron a los diplomáticos estadunidenses y sus familias en La Habana, o en cualquier otro lugar”.
OMZI