Las autoridades en Cuba negaron permiso para realizar en noviembre una marcha “contra la violencia” y en demanda de “respeto a todos los derechos humanos, la liberación de presos políticos y la solución de diferencias a través de vías democráticas”, la cual fue solicitada por un grupo opositor al gobierno de Miguel Día-Canel.
- Te recomendamos Candidato de ultraderecha quiere sacar a Chile del Consejo de Seguridad de la ONU Internacional
“El Intendente de la Habana Vieja ha dado respuesta al principal organizador de una marcha convocada para el próximo noviembre, denegando su realización por sus fines inconstitucionales y desestabilizadores”, dijo el gobierno de la capital cubana.
La escueta nota fue reproducida hoy por la web oficial Cubadebate, después de que los organizadores de la marcha adelantaran para el 15 de noviembre la realización de la demostración pública prevista inicialmente el 20 del mismo mes.
El 15 de septiembre, el dramaturgo Yunior García solicitó a las autoridades de La Habana un permiso para la realización de la marcha, que se efectuaría por varios municipios de la capital, y acto seguido grupos opositores solicitaron autorizaciones similares en por lo menos cuatro provincias más.
No obstante, las Fuerzas Armadas Revolucionarias convocaron para el 20 de noviembre la realización del Día Nacional de la Defensa, instituido desde hace décadas como parte de la estrategia militar cubana, que coordina las acciones de las fuerzas armadas regulares con la ciudadanía organizada por barrios.
Por esa razón, al menos en La Habana, los organizadores de la marcha adelantaron la fecha para el 15 de septiembre, tomando en cuenta además que para entonces el país se abrirá al turismo nacional y extranjero y flexibilizará aún más las restricciones de movimiento, a partir del control que va ejerciendo sobre la epidemia de covid-19.
Reacciones a favor y en contra
Partidarios del gobierno aprobaron la prohibición alegando que la marcha “forma parte de las maniobras desestabilizadores organizadas por Estados Unidos”, en momentos en que se sigue agudizando, sin solución a la vista, la peor crisis económica de los últimos 20 años.
“Cuba es para los cubanos que estamos viviendo aquí, ningún foráneo quiere venir a solucionar nuestros problemas de buena voluntad, podemos tener problemas económicos pero el estado cubano es capaz de resolverlos, confiamos en el gobierno, patria o muerte”, posteó en Cubadebate alguien que se identificó como Odeivys.
Por su parte, el organizador principal de la protesta, Yunior García, afirmó que “si hemos hecho que varias ciudades del país se sumaran a la iniciativa de entregar cartas de apoyo, nosotros no podemos suspender una iniciativa como esa”.
Tras las manifestaciones contra el gobierno en una treintena de localidades de la isla el 11 de julio, García se reunió con el afamado trovador Silvio Rodríguez, a quien solicitó intercediera por una amnistía para los manifestantes detenidos que no cometieron actos de violencia, en un diálogo inédito que ambas partes calificaron por separado de “fraterno”.
Con posterioridad Silvio, uno de los símbolos de la revolución cubana, expresó que “tiene que haber más puentes, más diálogos, tiene que haber menos perjuicios, menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes; menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras, década tras década, como si las generaciones no vinieran también con sus propias palabras e ilusiones".
¿Qué dice la Constitución de Cuba ante las marchas?
El artículo 56 de la actual Constitución cubana establece que “los derechos de reunión, manifestación y asociación con fines lícitos y pacíficos de reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento de las perspectivas establecidas por la ley”.
Sin embargo, la ley que define la realización de esos derechos aun no ha sido aprobada por la Asamblea Nacional, “por ello hay muchos campos todavía oscuros”, afirman algunos entendidos.
Informes llegados de las provincias del centro y del oriente, donde también se solicitaron permisos para la marcha de noviembre, dan cuenta de reacciones similares de rechazo a la prohibición oficial, aunque aun no han trascendido las posiciones al respecto de los gobiernos regionales.
OMZI