Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Nicaragua, Daniel Ortega, blancos de las políticas de sanciones de Estados Unidos en la región, encabezaron hoy en La Habana la XX Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), única agrupación de gobiernos alternativa al neoliberalismo en el continente.
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"Los países del ALBA hemos logrado administrar correctamente la crisis de la pandemia, ponernos de pie con las vacunas, controlar la situación y hoy estamos haciendo la primera cumbre presencial post-pandemia para discutir un plan económico, social, político", dijo Maduro al definir la agenda del cónclave, en el que participaron representantes de 10 países.
Mediante el banco del ALBA, ese bloque instrumentó un puente aéreo con vacunas cubanas contra el covid-19 y médicos en beneficio de Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, y San Vicente y las Granadinas, "y puso a disposición de los países del Caribe Oriental dos millones de dólares", dijo la viceministra cubana de Exteriores, Josefina Vidal.
En la cumbre se evaluó además la creación de "un observatorio para fiscalizar" los millonarios presupuestos aprobados por el mandatario Joe Biden a fin de respaldar a presuntos medios de prensa independientes, y una estrategia de respuesta a las políticas de Estados Unidos, con la intención de “mantener a la región como una zona de paz “, como se aprobó en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños , realizada también en La Habana en 2014.
La "Troika tiránica"
Durante la anterior administración estadunidense de Donald Trump, Cuba, Venezuela y Nicaragua pasaron a ser la "Troika tiránica" de América Latina y el Caribe, según una especie de etiqueta acuñada entonces, que sigue rigiendo hoy la política de Biden.
De ahí que la reunión del bloque se haya realizado en momentos en que esos tres países viven realidades muy complejas, en especial Venezuela, que con una de las mayores reservas de crudo del planeta, tiene a la baja la producción de crudo por las presiones de Estados Unidos. Cuba, con el mayor potencial científico del Caribe, padece la peor crisis económica de los últimos 20 años.
En ese contexto, el presidente Díaz-Canel afirmó en la cumbre que los miembros del ALBA “no caben en los moldes creados por Estados Unidos para sus súbitos o sus cómplices” y reafirmó que su gobierno mantendrá el rumbo socialista de la isla.
Por su parte, Maduro llamó a reafirmar la unidad del bloque “porque aquí -dijo- todos somos hermanos, aquí no hay poderosos que chantajean y amenazan, y débiles y amenazados; el ALBA es la casa de los iguales. La casa de los sueños grandes, y ha sido así durante la pandemia”.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, se pronunció en tanto por la creación mediante el banco del ALBA de un sistema de producción de medicamentos, a partir del desarrollo alcanzado por los cubanos en esa rama, y una entidad dedicada a la producción de alimentos para alcanzar soberanía en ambas ramas.
Proyecto integracionista cumple 17 años
La cumbre del ALBA comenzó a las 09:15 horas locales, en el Palacio de la Revolución, prosiguió después entre conversaciones en privado y la visita a un centro recién inaugurado “para preservar la obra y el pensamiento de Fidel Castro”, y tiene previsto finalizar en la tarde-noche de hoy en el Palacio de Convenciones de La Habana, con la firma de un programa de acción y declaraciones de apoyo a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
La alianza de países con gobiernos de izquierda o progresistas fue creada por los extintos líderes Fidel Castro y Hugo Chávez en 2004 en La Habana, 10 años después que ambos políticos se reunieran por primera vez, también en la capital cubana, cuando la isla padecía otra profunda crisis económica como resultado de la desaparición de la Unión Soviética y los demás países socialistas de Europa Oriental, que eran sus principales aliados.
OMZI