Cumbre de Singapur, un triunfo rotundo para Kim Jong-un

LA ALDEA

Para el experto francés Barthélémy Courmont, el líder norcoreano logró en la cita acabar con “su diabolización”.

El martes 14, Coreal del Norte logró salir del “eje del mal”. (Evan Vicci/AP)
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La cita de Kim Jong-un y Donald Trump en Singapur, fue sin duda “un éxito en términos de imagen para ambos”, afirma en entrevista con Sarah Diffalah, del semanario Le Nouvel Observateur el experto francés Barthélémy Courmont, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS).

Para Trump “es una promesa que logró concretar”, dice, siendo el primer presidente de EU en ejercicio en reunirse con su par de Corea del Norte. “Trump no solo estrechó la mano de Kim y sonrió ante las cámaras, sino que abrió perspectivas con la firma de una declaración común. Puede volver a Estados Unidos, vanagloriarse de haber roto el hielo y de haber obtenido un acuerdo ahí donde sus predecesores se dieron de boca”, añade.

“Es una victoria prestigiosa”, agrega y Trump “va a poder capitalizar este éxito y batir los tambores ante su electorado frente a elecciones intermedias de noviembre”.

Pero, observa, “la victoria es aún mayor para Kim. Hace 25 años que Pionyang buscaba un encuentro con Washington para posicionarse al mismo nivel. Una demanda siempre rechazada o abortada como en el 2000, cuando Bill Clinton se iba a reunir con Kim Jong-il. Pero su hijo es el primero en haber logrado lo que no pudieron ni su padre ni su abuelo”, Kim Il-sun, fundador de Corea del Norte y de la dinastía.

Para Courmont, el documento de cuatro puntos firmado en Singapur “beneficia claramente” a Pionyang, ya que dista mucho de las exigencias de EU, que había exigido un desarme nuclear “inmediato, irreversible y verificable”. “Ahora, será el inicio de las negociaciones el que pueda conducir a un desmantelamiento de las instalaciones y del armamento nuclear de Corea del Norte, lo cual es más realista y es exactamente lo que Kim Jong-un planteaba. El régimen siempre dijo que la desnuclearización no era imposible pero que no se podía hacer de la noche a la mañana, ni sin negociaciones importantes y concesiones mutuas”.

Kim también logró de Trump un compromiso oral, en la conferencia de prensa conjunta al término de la cita, sobre el cese de los ejercicios militares con Corea del Sur. Un anuncio que como se vio sorprendió a Corea del Sur, ya que nunca se había hablado del tema. Hay que recordar que hasta hace apenas dos días, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, insistió en que si los norcoreanos no aceptaban las condiciones de Washington, no habría acuerdo. “La impresión es que el acuerdo estuvo redactado por Pionyang y que Washington se limitó a firmarlo”, dice Courmont.

Esto, añade, cuando Kim Jong-un aparece como un líder muy fuerte al interior de su régimen, las dificultades económicas se han atenuado gracias a las reformas, “se vive mejor en Corea del Norte hoy que hace 20 años y el país va en la dirección correcta”. Y lo más importante: a mediados de 1990, el país solo tenía un programa nuclear, hoy posee un arsenal nuclear. “El nivel de amenaza aumentó terriblemente. Y en consecuencia, es desgraciadamente más difícil desatender las exigencias de Pyongyang”.

En los hechos, enfatiza, la realidad es que EU “aceptó de facto dos cosas. Que Corea del Norte es un interlocutor con el que se puede hablar, lo que supone el fin de la diabolización. Y, aun cuando no se haya dicho, que Corea del Norte es ya una potencia nuclear”.

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