El triunfo de Daniel Ortega en las elecciones presidenciales de Nicaragua lo pone frente al quinto mandato, cuatro de ellos consecutivos, aunque éste último fuertemente criticado por la comunidad internacional ante los constantes arresto de sus opositores.
Ortega, que este jueves cumple 76 años, estará nuevamente como presidente de Nicaragua por cinco años más; desde 2007 ha ocupado este cargo.
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¿Quién es Daniel Ortega, reelecto presidente de Nicaragua?
Daniel Ortega, nacido el 11 de noviembre de 1945 en La Libertad, Nicaragua, se ha marcado como un ex guerrillero con gruesos anteojos que combatió la dictadura de Anastasio Somoza.
Sus orígenes radican en el seno de una familia humilde y católica, de sus tres hermanos sobrevive Humberto, ex jefe del ejército y quien, distanciado de él, vive en Costa Rica.
Monaguillo y con vocación sacerdotal, abandonó la facultad de Derecho para enrolarse en la guerrilla Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), hoy partido de gobierno.
Entonces flaco y con bigotes que conserva, fue uno de los verdugos de su propio torturador durante la dictadura somocista, ocurrida entre 1937 y 1979, donde estuvo siete años de cárcel por robar un banco para financiar a la guerrilla en 1967, según el periodista Fabián Medina, autor de El Preso 198, un perfil de Ortega.
Salió de prisión el 27 de diciembre de 1974 gracias a la acción de un comando sandinista que había hecho rehenes a varios ministros y diplomáticos, donde exigieron y consiguieron su liberación y la de otros correligionarios a cambio de entregar a los secuestrados.
El entonces guerrillero Ortega se entrenó en Cuba y volvió a Nicaragua, con exilios intermitentes hasta el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza.
El comandante Ortega integró una junta de gobierno y luego fue elegido presidente, por primera vez, en 1984.
Para Medina, Ortega llegó al por tres razones: desde los 15 años era un joven animado a cambiar la sociedad "por medio de la violencia"; "sobrevivió en ese intento" a diferencia de la mayoría de sus compañeros de armas; y "su personalidad calma y de pocas luces fue clave cuando se debió elegir a un jefe de Estado en medio de una lucha de egos de guerrilleros".
En noviembre de 1986 la Asamblea Nacional aprobó la nueva Constitución y horas después de su promulgación, el 10 de enero de 1987, suspendió las principales libertades "para garantizar la seguridad nacional", lo que más tarde consiguió frenar la presión de la comunidad internacional.
A partir de ahí, mientras el FSLN se precipitaba hacia una división interna irreconciliable de la que acabó reducido al poder absoluto de su principal líder, éste perdió de forma contundente tres elecciones presidenciales consecutivas, las de 1990 frente a Violeta Chamorro; las de 1996, frente a Arnoldo Alemán; y las de 2001, frente a Enrique Bolaños. En todos los casos, Ortega denunció fraude electoral.
Con el país sumido en una grave crisis económica e institucional, finalmente Ortega consiguió ganar las elecciones presidenciales de 2006 tras una alianza con el ex presidente Alemán, que había sido condenado a 20 años de cárcel por corrupción y al que acabó aplicando una amnistía, y comenzó a construir la arquitectura constitucional y electoral.
Ésta planificación lo hizo que volviera a ser elegido en 2011 y 2016 tras eliminar el impedimento de la reelección inmediata, encarcelando opositores y reprimiendo toda protesta y crítica.
Todas esas situaciones le han validado sanciones de Washington y la comunidad internacional, mientras que sus críticos consideran que el gobierno de Ortega está tomado por su familia, empezando por su esposa y compañera de fórmula, Rosario Murillo.
Ellos "se están jugando la vida, porque sin poder político no pueden sobrevivir", reveló desde el exilio la hija adoptiva de Ortega, Zoilamérica, quien en 1998 lo denunció por abuso sexual, lo que le valió la ruptura con su madre.
Rosario, la otra mano rígida del gobierno
Desde 2017 lo acompaña en la vicepresidencia Rosario Murillo, de 70 años, vocera exclusiva y diaria del gobierno.
Su romance inició durante el exilio en Caracas. Antes, Ortega leía los poemas de Rosario en prisión, en los periódicos que entraban clandestinamente. Concibieron juntos siete hijos, a los que se sumaron otros tres de compromisos anteriores.
La pareja dirige con mano firme el FSLN y mantiene el control de todas las instituciones del Estado. Murillo enarbola, además, un discurso matizado con la religión.
"Ortega encontró en Murillo lo que a él le faltaba. Y Murillo encontró en Ortega el vehículo que necesitaba", dice Medina en su libro.
Los altos niveles de pobreza en Nicaragua
Tras más de 10 años en el poder con el resultado de un grave deterioro económico y social del país, una colección de fastuosas promesas de infraestructuras por unos 25 mil millones de dólares incumplidas, entre ellas la construcción de una canal interoceánico, cuyas obras llegó a inaugurar teatralmente, y un acelerado proceso de desmantelamiento del Estado de Derecho, estallaron las multitudinarias protestas callejeras de 2018.
Esas protestas sirvieron para que Ortega diera una vuelta más de tuerca y recurriera directamente a la represión activa y violenta de cara a las elecciones del 7 de noviembre de 2021.
Cientos de muertes y miles de heridos y detenidos en esas protestas, un diálogo constantemente saboteado desde el gobierno, siete aspirantes a candidatos presidenciales entre otras muchos personajes de la empresa privada, la cultura o el periodismo detenidos bajo acusaciones difícilmente sostenibles, y un éxodo de ciudadanos huyendo de su país por miedo.
Ese es el paisaje fabricado por Ortega para las elecciones de ayer, en las que únicamente se enfrentó a lo que en Nicaragua llaman "candidatos de zacate", en referencia a lo que son muñecos de paja.
OMZI