Magistrados de Naciones Unidas declararon que un anciano sospechoso en el genocidio en Ruanda no es apto para seguir siendo juzgado porque padece demencia, y anunciaron que establecerán un procedimiento para seguir escuchando evidencias sin posibilidad de condenarlo.
La decisión mayoritaria publicada el miércoles por los jueces del Mecanismo Residual Internacional para los Tribunales Penales supone que no se podrá alcanzar un veredicto de culpabilidad paraFélicien Kabuga, uno de los últimos prófugos acusados por el genocidio de 1994.
Expertos médicos que han seguido de cerca su salud en una celda de la ONU en La Haya apuntaron que las “consecuencias de la demencia privan al Sr. Kabuga de las capacidades necesarias para una participación significativa en un juicio” y agregaron que “no recuperará estas capacidades porque su condición se caracteriza por un deterioro progresivo e irreversible”.
Kabuga, de 88 años, está acusado de animar y financiar el genocidio. Su juicio comenzó el año pasado, casi tres décadas después de la masacre de 100 días en la que fallecieron 800 mil personas.
En una decisión por escrito, los magistrados afirmaron que como “es bastante improbable que (Kabuga) vuelva a ser apto", se establecerá “un proceso de conclusión alternativo que se asemeje lo máximo pasible a un juicio, pero sin la posibilidad de una condena”.
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Kabuga está acusado de genocidio, incitación a la comisión de genocidio, conspiración para cometer genocidio y de persecución, exterminio y asesinato. Se ha declarado inocente de todos los cargos. Su hubiese sido hallado culpable, podría haber enfrentado una pena máxima de cadena perpetua.
Tras años huido de la justicia internacional, Kabuga, por quien se ofrecían 5 millones de dólares de recompensa, fue detenido cerca de París en mayo de 2020. Fue llevado a La Haya para ser juzgado en el mecanismo residual, la corte que se encarga de los casos pendientes de las cortes de la ONU para Ruanda y las guerras de los Balcanes, ya cerrados.
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