Los incendios forestales en Los Ángeles, California han cobrado la vida de al menos 24 personas y han dejado a 23 más desaparecidas.
Estos incendios, que se extendieron rápidamente debido a condiciones climáticas extremas y la vegetación seca, devastaron tanto áreas residenciales como zonas de difícil acceso.
Uno de los relatos más conmovedores de esta tragedia es el de Randall “Randy” Miod, un residente de Malibú que, a pesar de su cercanía con el peligro, trató de proteger su hogar hasta el último momento.
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El último mensaje de voz de un hijo a su madre
Carol Smith, madre de Randy, recuerda vívidamente la última conversación que tuvo con su hijo. Fue el martes 7 de enero, el mismo día en que se desató el incendio de Pacific Palisades.
La conversación comenzó cuando Randy, de 55 años, le avisó sobre el fuego cercano, según reveló su madre a la revista PEOPLE: "Siempre me llamaba cuando se acercaba un incendio", comenta Smith.
"El martes estaba casi llorando cuando hablé con él y me dijo: ‘Mamá, hay otro incendio en Palisades. Puedo ver el humo’. Le dije: ‘Randy, recoge a tu gato y ve a un refugio. No me hagas preocupar’."
A pesar de los esfuerzos de su madre por persuadirlo, Smith confiesa que siempre se había preocupado por Randy debido a que, en todos los incendios anteriores, él nunca había evacuado.
"Nunca ha evacuado ninguno. Siempre se ha quedado. Siempre ha creído que podía regar la casa con su manguera", recuerda su madre, quien sentía una constante preocupación por la seguridad de su hijo.
Poco después de esa primera llamada, Randy volvió a llamar a su madre, esta vez dejando un mensaje de voz. “Lo último que me dijo fue: ‘Reza por los Palisades y reza por Malibú, te amo’”.
Ese mensaje, que Smith atesora, es el último recuerdo que tiene de su hijo: "Me llamó a casa y yo no estaba allí, y dejó un mensaje en mi teléfono, lo mismo de lo que hablamos cuando me llamó a mi teléfono celular... Y tengo ese mensaje y lo guardaré para siempre", dijo Carol.
Lamentablemente, Randy Miod, quien estaba tratando de proteger su hogar, murió al día siguiente, el miércoles 8 de enero, detrás de su casa mientras el fuego arrasaba con la zona.
Las autoridades informaron que su muerte fue consecuencia de la inhalación de humo y calor térmico, una característica de este tipo de incendios tan devastadores.
"No creo que él supiera realmente qué lo golpeó", comentó Smith sobre las circunstancias de su fallecimiento.
Randy Miod era un hombre que había dejado una huella profunda en su comunidad. Conocido por su amor por el surf y su estilo de vida relajado en Malibú, siempre estuvo rodeado de amigos.
"Era un tipo muy modesto. Era muy humilde. No era materialista en ningún sentido", recordó su madre.
A pesar de los altibajos de su vida, como la pérdida de su trabajo y la ruptura de un dedo, Randy siempre se mantuvo fiel a su comunidad y a sus principios.
Carol Smith, quien había intentado convencerlo en varias ocasiones de mudarse a un lugar más seguro, lamenta profundamente su partida.
"Le dije: ‘Randy, vende esa casa, toma el dinero y cómprate un lugar en otro lugar donde estés seguro, porque te estás haciendo mayor y eso es demasiado estrés’", cuenta Carol.
Sin embargo, Randy se resistió a abandonar el lugar que tanto amaba, lleno de recuerdos y significados para él.
"Nunca se casó y nunca tuvo hijos", dice Carol, pero siempre dejó una marca en aquellos que lo conocieron. "Es una persona amable que amaba a los niños. No conozco a nadie que tenga algo negativo que decir sobre él, nadie", concluyó su madre.
La historia de Randy Miod es solo una de las muchas tragedias que los incendios de Los Ángeles han dejado atrás.