El presidente de España en funciones, Pedro Sánchez, se reunió hoy por quinta vez en menos de dos meses con el líder del partido de extrema izquierda, Podemos, Pablo Iglesias, de quien depende en gran parte para hacerle presidente en la sesión de investidura que arrancará el próximo 22 de julio. Una reunión que no ha servido para nada.
El fracaso de la reunión es porque Sánchez no confía en Iglesias, quien además exige hasta cinco ministerios y pide ser vicepresidente, un sueño que el presidente no está dispuesto a cumplirle.
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Lo que sí le anticipó el presidente español en funciones al líder de Podemos, es que su actitud a no apoyarlo, obligaría a la realización de nuevas elecciones generales en España en el mes de noviembre. Las cuartas en tres años, todo un récord para el país.
Por lo que todo apunta a que, si no hay cambios, Pedro Sánchez no saldrá elegido en las votaciones del 23 ni del 25 de este mes de julio.
No hay que olvidar que Pedro Sánchez ganó las elecciones del pasado 28 de abril al obtener 123 escaños en el Congreso, muy por debajo de los 176 (la mitad más uno de los 350 en el Congreso) que se requieren para poder seguir como presidente.
Pero todo eso queda en meras cifras ya que la derecha representada por el Partido Popular (PP) y Ciudadanos se cerró en banda, por lo que el socialista está obligado a pactar con nacionalistas vascos, con Podemos, otros pequeños partidos y conseguir el voto o la abstención de los independentistas catalanes.
De ahí la importancia de la reunión de hoy entre Sánchez e Iglesias, al que según las encuestas en caso de nuevos comicios su partido volvería a perder millones de votos, sería el partido más castigado, y eso evidentemente no le conviene a su líder.
En caso contrario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) volvería a ganar las elecciones, pero evidentemente sin mayoría absoluta por lo que se vería obligado a buscar nuevamente los apoyos que hasta ahora no tienes. Es decir, la política española seguiría en el mismo círculo vicioso que significa la falta de entendimiento.
Después de su reunión con Pablo Iglesias, Pedro Sánchez se reunió con el líder del conservador PP, Pablo Casado, quien le reiteró que no cuente con su apoyo.
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