La cumbre de los países del Grupo de los 20 (G20) se celebrará el viernes y sábado en la ciudad alemana de Hamburgo bajo alta tensión por los diversos desacuerdos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la situación en Corea del Norte, que acaba de lanzar un misil intercontinental.
Las divergencias van desde la lucha contra el cambio climático hasta al proteccionismo, pasando por las tensiones entre EU-China y Alemania-Turquía, además del esperado primer encuentro entre Trump y su par ruso Vladímir Putin.
Desde la llegada de Trump a la presidencia, EU va a contracorriente de muchas de las posiciones de consenso hasta ahora dentro de este foro, como demuestra su defensa del proteccionismo, su firmeza en cuestiones migratorias o su boicot al acuerdo climático de París.
El martes Trump se entrevistó por teléfono con la mandataria alemana, Angela Merkel y prometió ayudar “a convertir esta cumbre en un éxito”, según indicó la Casa Blanca.
Pero solo parece haber una clara sintonía en el tema de la lucha contra el terrorismo mientras en otros asuntos, como el clima, el desacuerdo es flagrante. Alemania llevaba meses preparando un “plan de acción” para poner en marcha el acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento global. Pero la decisión de EU de abandonar ese pacto histórico podría convertirlo en papel mojado.
En el ámbito comercial, EU ha lanzado amenazas de sanciones aduaneras contra China, en particular en el acero, y contra Alemania, en el sector automotriz, denunciando exportaciones que considera excesivas. EU también apuesta por reducir la ayuda pública al desarrollo y dejarla en manos de instituciones privadas.
La cumbre también estará marcada por conflictos como la guerra en Siria o las tensiones en el Golfo Pérsico o el mar de China.
Uno de los momentos más esperados es el primer encuentro entre Donald Trump y Putin. Washington asegura querer relaciones “constructivas” con Moscú pero atraviesan su peor momento por la crisis en Ucrania, las tensiones en Siria y las acusaciones de la influencia rusa en el entorno de Trump.
La cumbre también está bajo la amenaza de grandes protestas anti-G20. Ayer, el colectivo 1000 Figuras organizó un performance en el que cientos de personas se vistieron de gris y se aplicaron arcilla del mismo color en la piel, con lo que daban la apariencia de una gran marcha zombi.
Los organizadores de las protestas esperan cerca de 100 mil manifestantes en los próximos días mientras la policía evalúa en 7 u 8 mil el número de extremistas de izquierda que pueden provocar incidentes, en una ciudad conocida por su tradición contestataria. La madrugada de ayer ya hubo algunos choques, que dejaron un herido leve.
La policía movilizó a más de 20 mil agentes y teme en particular la manifestación de mañana, denominada Welcome to Hell (Bienvenido al infierno, en inglés).
Los tres países latinoamericanos del G20 (Argentina, Brasil y México) también llegan a la cumbre en momentos complejos.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto se reunirá con Trump para abordar, entre otros temas, la delicada renegociación del TLC o la cuestión migratoria.
Brasil está inmerso en una crisis política con su presidente, Michel Temer, acosado por escándalos de corrupción, y que finalmente decidió asistir a la cumbre.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri se reunirá con la primera ministra británica Theresa May y su homólogo francés Emmanuel Macron.