Manifestantes molestos salieron anoche a las calles de París y de otras ciudades francesas por segundo día, intentando presionar a los legisladores a que hagan caer al gobierno del presidente Emmanuel Macron y condenen el impopular aumento en la la edad de jubilación que está tratando de imponer eludiendo a la Asamblea Nacional.
Además, un día después de que la primera ministra Élisabeth Borne invocó un poder constitucional especial para eludir una votación en la caótica Cámara baja, a través de un decreto, legisladores de derecha e izquierda interpusieron mociones de censura que serán sometidas a votación el lunes.
En la jornada de ayer se incendiaron coches durante manifestaciones espontáneas en las que participaron varios miles de personas. Los sindicatos instaron a los trabajadores a intensificar las huelgas.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, declaró a la prensa que la policía detuvo a 310 personas.
La revisión de las pensiones aumenta la edad de jubilación de Francia en dos años, de 62 a los 64, lo que según el gobierno es esencial para garantizar que el sistema no quiebre.
Los sindicatos han convocado una nueva jornada nacional de huelgas y manifestaciones para el próximo jueves.