A partir del domingo, mujeres de Arabia Saudita podrán conducir coches

Las sauditas celebran que este fin de semana podrán ponerse detrás del volante y realizar actividades que en el resto del mundo son banales, como ir a tomar un café o comer un helado.

La reforma que permitirá a las sauditas manejar coches fue promovida por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán (AP).
AFP
Riad /

Gracias a una reforma histórica en el reino ultraconservador de Arabia Saudita, a partir del domingo las mujeres tendrán permitido conducir coches. 

La decisión puso fin a una prohibición única en el mundo y significa un gran paso en esta sociedad. Sin embargo, se produce en medio de acusaciones de una creciente represión contra activistas de derechos humanos. 

Anunciada en septiembre de 2017, la decisión promovida por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán forma parte de un amplio plan de modernización del rico país petrolero. Pone fin a una prohibición que se convirtió en símbolo del estatus de inferioridad que se les da a las mujeres.

Miles de conductoras podrán estar detrás del volante el domingo, una día esperado desde hace mucho tiempo por las sauditas y que para muchos significa el inicio de una nueva era en esta sociedad que vive bajo los dictámenes de una versión rigoristas del islam.

"Es un paso importante y una etapa esencial para la movilidad de las mujeres", resumió Hana al Jamri, autora de un libro que se publicará próximamente sobre las mujeres en el periodismo en Arabia Saudita.

Las sauditas "viven en un sistema patriarcal. Darles el volante ayudará a desafiar las normas sociales y de género que obstaculizan la movilidad, la autonomía y la independencia", dijo.


Para muchas mujeres, sauditas y extranjeras, la medida permitirá reducir su dependencia de chóferes privados o de los hombres de su familia.

"Es un alivio", declaró Najah al Otaibi, analista del centro de reflexión prosaudita Arabia Foundation.

"Las sauditas tienen un sentimiento de justicia. Durante largo tiempo sufrieron el rechazo de un derecho fundamental que las ha mantenido confinadas y dependientes de los hombres, haciendo imposible el ejercicio de una vida normal", indicó.


Impacto económico

A principios de junio, el reino entregó los primeros permisos de conducir a las mujeres. Algunas canjearon sus permisos extranjeros por un permiso saudita después de haber aprobado un examen.

Unos tres millones de mujeres podrían obtener el permiso y comenzar a manejar desde ahora hasta 2020, según la consultora PricewaterhouseCoopers.

Se abrieron escuelas para aprender a conducir en ciudades como Riad y Yeda. Algunas enseñan incluso a manejar motos Harley Davidson, algo impensable hace tan solo un año.

Muchas sauditas han compartido en las redes sociales sus planes para el domingo. Afirman que acompañarán a su madre a tomar un café o comer un helado, una experiencia banal para el resto del mundo pero excepcional en Arabia Saudita.

La prohibición de conducir llevaba tiempo suscitando las críticas de las organizaciones pro derechos humanos. Muchas mujeres de la élite saudita, que podían conducir en lugares como Londres o Dubái, habían intentado saltarse esa prohibición en su país, pero habían sido detenidas.

Durante décadas, los conservadores se apoyaron en interpretaciones rigoristas del islam para justificar la prohibición de manejar, algunos incluso alegando a que las mujeres no eran lo suficientemente inteligentes para ponerse detrás del volante.

Desde el punto de vista económico, las consecuencias podrían ser solo beneficios, según expertos. El fin de la prohibición podría estimular el empleo de mujeres y, según una estimación de Bloomberg, agregar 90 mil millones de dólares a la economía al 2030.

Pero muchas mujeres temen seguir siendo blanco de los conservadores en este país donde los hombres mantienen el estatuto de "tutores". De hecho, las sauditas deben salir con velo y siguen sometidas a restricciones importantes: no pueden viajar, ni estudiar ni trabajar sin permiso de sus maridos o los hombres de su familia.


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