El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó una demanda con la que intenta evitar el acceso a su declaración de impuestos, que se ha negado a publicar, como ha exigido el Congreso y ha sido la tradición de otros mandatarios que le precedieron.
La denuncia, que presentó en un tribunal de Washington a título personal, demanda a la fiscal general de Nueva York, Letitia James, al director del Departamento de Impuestos y Finanzas de este estado, Michael Schmidt, y al Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes que ha reclamado sus estados financieros.
La acción de Trump ocurre luego de Nueva York convirtiera en ley dos medidas que obligarían al Departamento de Impuestos y Finanzas de Nueva York a entregar la declaración de impuestos estatal del presidente el pasado 8 de julio, con residencia oficial en la Gran Manzana, si así lo solicitaran los presidentes de tres comités del Congreso, entre ellos el de Medios y Arbitrios, que lidera el demócrata Richard Neal.
Además, la "Ley de Confianza", como se ha denominado esta medida, les permitiría solicitar estos documentos fiscales referentes a los miembros de la Cámara Baja de Nueva York, así como el personal que trabaja con el jefe de Estado y los funcionarios que trabajan en una cartera gubernamental y son de esta región.
En la demanda, los abogados de Trump recuerdan al tribunal que el Departamento del Tesoro había negado al Comité del Congreso su solicitud para obtener una copia de la declaración de impuestos porque "carecía de propósito legislativo legítimo" e insisten en que tampoco lo tiene ahora para solicitar los documentos a Nueva York, señala la cadena CNBC.
"El registro público demuestra que el propósito (de la petición del Comité) fue y sigue siendo la exposición de la información fiscal privada de un oponente político", aseguran en la demanda.
Entre sus argumentos afirmaron además al tribunal en Washington que la ley de Nueva York viola los derechos del mandatario bajo la primera enmienda de la Constitución estadunidense porque fue promulgada "para discriminar y tomar represalias contra el presidente por sus discursos y políticas".
Trump es el primer presidente desde Gerald Ford que no publica cada año su declaración de impuestos, una tradición que sus predecesores consideraban parte de su deber de transparencia y rendición de cuentas ante el pueblo.
El mandatario rompió con esa tradición ya durante la campaña electoral de 2016, cuando se negó a publicar su última declaración de impuestos con el argumento de que estaba sujeta a una auditoría por parte del Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos (IRS).
De inmediato, la fiscal general de Nueva York reaccionó a la demanda al recordar a Trump que "nadie está por encima de la ley".
"El presidente ha pasado su carrera escondiéndose detrás de demandas, pero, como la principal oficial de orden público en Nueva York, puedo asegurarle a Trump que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente de Estados Unidos", afirmó en un comunicado.
dmr