El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a generar debate en redes sociales al volver a sugerir que Canadá debería formar parte de su país.
La propuesta, que inicialmente fue vista como una broma, escaló tras sus recientes publicaciones en Truth Social, donde compartió mapas de Norteamérica modificados con los colores de la bandera estadunidense y el mensaje “Oh, Canadá!”.
En sus publicaciones, Trump afirmó que “muchas personas en Canadá” desearían la anexión y lanzó críticas a su modelo económico y comercial.
Trump justificó inicialmente su idea argumentando beneficios económicos y de seguridad nacional.
En una de sus publicaciones anteriores en Truth Social, el presidente electo aseguró que Estados Unidos “ya no puede soportar los enormes déficits comerciales y los subsidios que Canadá necesita para mantenerse a flote”.
Además, prometió reducción de impuestos, la eliminación de aranceles y una mayor protección frente a “amenazas de barcos rusos y chinos” si Canadá se uniera a la Unión Americana.
La controversia aumentó después de que Trump vinculara su propuesta a la reciente dimisión del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
“Justin Trudeau sabía esto y por eso anunció su dimisión”, declaró el presidente electo, sugiriendo que la renuncia del líder canadiense tras nueve años en el poder era consecuencia de la imposibilidad de evitar el colapso económico sin el apoyo de Estados Unidos.
Durante una cena privada en noviembre pasado, Trump ya había planteado la idea directamente a Trudeau, quien visitó Mar-a-Lago en un intento por persuadir al magnate de no imponer aranceles del 25 por ciento a productos canadienses.
Sin embargo, el presidente electo reiteró su posición de que una integración completa beneficiaría a ambos países.
¿Qué dice Canadá ante dicha anexión?
Las declaraciones de Trump provocaron una ola de reacciones negativas en Canadá, donde los principales líderes políticos rechazaron de manera unánime la posibilidad de una anexión.
El primer ministro saliente, Justin Trudeau, publicó en redes sociales: “Jamás, pero jamás, Canadá será parte de Estados Unidos”.
También destacó los beneficios de la relación bilateral como socios comerciales y en seguridad, pero subrayó que la soberanía canadiense no está en discusión.
La ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, calificó las declaraciones de Trump como “amenazas” que atentan contra la integridad de Canadá.
“Los comentarios del presidente electo Trump muestran una absoluta falta de entendimiento de qué hace que Canadá sea un país fuerte. Nuestra economía es fuerte. Nuestra gente es fuerte. Nunca retrocederemos ante amenazas”, escribió en sus redes sociales.
Por su parte, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador y favorito para ganar las próximas elecciones generales en Canadá, fue contundente:
“Canadá nunca será el estado número 51. Somos un gran país independiente. Somos los mejores amigos de Estados Unidos, pero nunca seremos parte de ellos”.
Otros líderes políticos, como Jagmeet Singh, del Nuevo Partido Democrático, fueron más críticos. Singh acusó a Trump de dañar los empleos en ambos lados de la frontera con sus comentarios y de no entender la identidad nacional canadiense.
“Ningún canadiense quiere ir contigo. Estamos orgullosos de ser canadienses. Orgullosos de cómo nos ayudamos los unos a los otros y defendemos nuestra nación. Tus ataques dañarán empleos en ambos lados de la frontera. Si vienes a por los empleos canadienses, los estadunidenses pagarán”, declaró Singh.
La propuesta también generó debate en los medios de comunicación y entre analistas políticos.
Andrew Coyne, destacado comentarista canadiense, afirmó que:
“La presunción básica de la historia de Canadá, de que siempre tendríamos un aliado democrático y estable al sur se ha acabado. No son estables, no es probable que sigan siendo democráticos y, bajo Trump, no son nuestros aliados”.
Mientras tanto, la opinión pública canadiense se ha manifestado mayoritariamente en contra de la idea.
En redes sociales, hashtags como #HandsOffCanada (“Manos fuera de Canadá”) y #ProudToBeCanadian (“Orgullosos de ser canadienses”) se volvieron tendencia.
Trump y sus ambiciones territoriales
Las declaraciones de Trump sobre Canadá no son un caso aislado.
En la misma rueda de prensa en la que abordó el tema, el presidente electo sugirió también la posibilidad de tomar el control del Canal de Panamá y Groenlandia, incluso sin descartar el uso de la fuerza militar.
Trump argumentó que eliminar fronteras artificiales, como la línea divisoria entre Estados Unidos y Canadá, sería beneficioso para la seguridad nacional.
Sin embargo, estas ideas fueron ampliamente criticadas por aliados y analistas internacionales, quienes consideran que socavan las relaciones diplomáticas y promueven una narrativa de confrontación.
A menos de dos semanas de asumir nuevamente la presidencia, Trump ya ha dejado claro que sus políticas podrían redefinir las relaciones de Estados Unidos con sus aliados.
Con información de EFE y AFP
MO