El ex presidente estadunidense Donald Trump anunció haber contratado a dos nuevos abogados para liderar su defensa, días antes de su histórico segundo juicio político, mientras los republicanos se preparaban para una batalla sobre el futuro de su partido.
El juicio a Trump en el Senado debe iniciarse el 9 de febrero, pero el magnate sorprendió a todos al separarse de sus abogados después de que, según reportes, el equipo legal se negara a centrar la defensa en sus afirmaciones infundadas de fraude en los comicios que perdió en noviembre, en lugar de enfocarse en cuestiones constitucionales.
Pero el ex presidente anunció tener dos nuevos abogados para dirigir su defensa. Se trata de los "altamente respetados abogados litigantes" David Schoen y Bruce L. Castor Jr., dijo en un comunicado.
Schoen, especialista en "litigios sobre derechos civiles en Alabama, y en la defensa penal federal en Nueva York, incluyendo casos de cuello blanco", ha representado al aliado de Trump Roger Stone, mientras que Castor ha hecho carrera en derecho penal. Ambos "están de acuerdo en que este impeachment es inconstitucional".
Este juicio por presunta "incitación a la insurrección" en el marco de la invasión al Capitolio por parte de sus partidarios, ha dejado al descubierto una brecha entre los leales a Trump que dominan el Partido Republicano y su ala moderada.
"El juicio del Senado va a pedir a todos los republicanos tomar una posición más clara", dijo el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, al programa This Week de la cadena ABC.
"Tenemos que respetar a las personas que apoyaron a Donald Trump pero al mismo tiempo, no queremos pasar por alto las terribles acciones que sucedieron en el Capitolio", expresó.
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Cada vez es más probable que Trump evite la condena debido al apoyo de su partido en el Senado, cuyos miembros -50 republicanos y 50 demócratas-actuarán como jurados en el juicio.
Todos menos cinco legisladores republicanos ya respaldaron un intento de desestimar el caso por motivos constitucionales, lo que hace prácticamente imposible alcanzar los dos tercios necesarios para condenarlo, pero es seguro que en el marco del juicio se libre una batalla sobre quién controla el partido tras la derrota de Trump.
El 6 de enero, Trump pronunció un enérgico discurso frente a la Casa Blanca exhortando a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio para protestar durante la sesión legislativa destinada a certificar la victoria de Joe Biden, la cual considera fraudulenta sin pruebas.
Trump debe presentar respuesta formal a acusaciones
El ex presidente deberá presentar una respuesta a la acusación de destitución el martes, pero reemplazó a su principal asesor legal durante el fin de semana.
Su nueva defensa tendrá poco más de una semana para prepararse antes del inicio del juicio el 9 de febrero. Aun así, los demócratas que buscan su condena por un cargo de "incitación a la insurrección" enfrentan una ardua tarea.
Deben convencer a al menos 17 de los 50 republicanos del Senado de que Trump es culpable de incitar a sus seguidores a atacar el Capitolio el 6 de enero en un intento infructuoso de impedir que el Congreso certificara la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre.
Trump dejó el cargo el 20 de enero, por lo que una condena tendría poco impacto práctico. Pero podría despejar el camino para una votación que le impida ocupar cargos públicos en el futuro.
Los demócratas de la Cámara de Representantes presentarán un informe previo al juicio en el que expondrán sus argumentos contra Trump. También deben indicar tan pronto como el martes si planean llamar a testigos a declarar.
La respuesta de Trump a la acusación probablemente indicará si seguirá argumentando sin fundamento que perdió las elecciones debido a un fraude electoral generalizado. Numerosos tribunales federales y estatales han rechazado esas afirmaciones.
Tras los disturbios en el Capitolio, los republicanos se debatieron sobre cómo responder al papel de Trump y a su incapacidad para intentar sofocar la violencia mientras se desarrollaba.