"Supercarretera de la cocaína": ¿Qué refleja el aumento de la violencia en Ecuador?

El presidente Daniel Noboa decretó un "conflicto armado interno" en contra de grupos del crimen organizado, considerados como terroristas.

El gobierno declaró la guerra a 22 grupos criminales "terroristas". | Especial
Quito /

Ecuador sufre un aumento de violencia atribuido a las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de drogas, principalmente cocaína, aprovechando la estratégica posición geográfica del país.

Durante el arranque del 2024, el presidente Daniel Noboa declaró la guerra en contra de 22 grupos delictivos a los que declaró como terroristas. Esto tras una explosión de violencia en el territorio.

No hay que olvidar el asalto de hombres armados contra las instalaciones de TC Televisión, en plena transmisión en vivo, que fue la prueba más evidente de la crisis de inseguridad por la que atraviesa el país centroamericano.

El dominio que tienen los criminales dentro de uno de los países más pequeños del continente se debe al tráfico de cocaína, pues Ecuador tiene frontera con dos de los mayores productores de esa droga: Colombia y Perú.

Sumado a esto, los puertos ecuatorianos (como Guayaquil, una de las ciudades más peligrosas del país) tienen salida al océano Pacífico, que es aprovechada por los delincuentes para el comercio marítimo de estupefacientes.

Esta posición privilegiada también provoca enfrentamientos entre grupos criminales por el control del territorio, particularmente en la frontera sur con Perú, según datos de Insight Crime.

Los criminales sureños también trafican personas y material de contrabando, mientras en el norte las pandillas pelean entre ellas para quedarse con las ganancias millonarias de la cocaína.

El auge de dichas células criminales se remonta al año 2000, cuando surgieron unas 400 pandillas en la provincia Guayas (que pertenece a Guayaquil). Sin embargo, el gobierno decidió legalizarlas en 2007 y así redujo la violencia, como recuerda Insight Crime.

Sin embargo, los delincuentes locales no son el principal problema para Ecuador. Traficantes ligados a cárteles mexicanos, colombianos y hasta europeos llegaron al territorio para montarse en la "supercarretera de la cocaína".

Estos criminales utilizan a los pandilleros como intermediaros para el envío de droga hacia Colombia o México, por lo que cada vez son más comunes los cargamentos de toneladas de cocaína por la región. Tan solo a principios de mes se incautaron 22 toneladas.

La tarea de pacificar el país se vuelve más difícil para el gobierno a medida que los criminales toman control de los centros penitenciarios, gracias a su armamento comprado con dinero de drogas.

La estrategia del presidente Noboa se llama Plan Fénix, y consiste en intervenciones en cárceles y detenciones de sicarios. Sin embargo, las principales bandas criminales como Los Choneros o Los Lobos mantienen sus operaciones.

Esto gracias a la colaboración directa de Los Choneros con el Cártel de Sinaloa, además de su dominio en las cárceles que permitió el escape de su líder El Fito (Juan Adolfo Macías), quien sigue prófugo.

Otras organizaciones que generan inseguridad son los Tiguerones, los Chone Killers (ligados presuntamente al CJNG), y Eli Frente Óliver Sinisterra.

Por desgracia, el trabajo del gobierno ecuatoriano no ha menguado significativamente el tráfico de cocaína, pues hace falta una operación coordinada entre todos los países que forman parte de la "supercarretera de la cocaína".

SNGZ

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