La crisis interna política que vive Justin Trudeau y que se ha intensificado con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos ofrece un escenario sombrío para el carismático político canadiense que ha gobernado durante 9 años con altibajos pero que, en las últimas semanas, su permanencia se tambalea ante críticas opositoras e incluso de su mismo partido.
Canadá tiene programadas elecciones para octubre del 2025 y aunque originalmente Trudeau buscaba nuevamente la reelección, el panorama para él y su Partido Liberal han cambiado radicalmente debido a que la percepción de la población se ha tornado en su contra y se refleja en las principales encuestas.
Por ejemplo, Ipsos o Abacus dan de ventaja a Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador y principal contendiente contra Trudeau; de más de 20 puntos al tener 40 por ciento de las preferencias electorales mientras que el Partido Liberal y el actual primer ministro no han podido pasar del 20 por ciento en las últimas semanas.
Trudeau ha sido criticado en los últimos años por diversas medidas y decisiones de gobierno que no han gustado a la mayoría de los canadienses principalmente la imposición de impuestos al carbono, pero también fue permisivo con el uso de drogas sintéticas, provocando un efecto devastador en la sociedad y en las familias al aumentar en 80 por ciento su consumo.
A eso hay que agregarle que su política migratoria también es considerada por muchos como muy laxa, lo que provocó una gran corrupción en todo el sistema educativo canadiense, haciendo que las escuelas públicas y privadas actuarán como mafias vendiendo permisos de estudios, títulos y grados académicos al mejor postor.
Ahora Ottawa ha cambiado las reglas, afectando a miles de estudiantes que veían en sus procesos la posibilidad de aplicar a la residencia permanente en el país.
Trudeau enfrenta el reto de justificar su continuidad tras varios escándalos y decisiones controvertidas. Aunque logró importantes victorias políticas en sus primeros años, los recientes desafíos, como la crisis del costo de vida, la inflación y la percepción de que su gobierno ha priorizado agendas divisivas, han minado la confianza de muchos canadienses.
Además, el electorado parece mostrar señales de fatiga ante su debilitada imagen y liderazgo, lo cual es percibido por algunos como desconectado de las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos.
El caso más emblemático de su falta de liderazgo lo mostró al reunirse con Donald Trump en la residencia del republicano. Mar-a-Lago, ubicada en Florida, tratando de negociar que no se le impusieran 25 por ciento de aranceles a Canadá.
Sin embargo, su visita fue un fracaso y además de no conseguirlo, solo logró que Trump se burle de él diciendo que es “gobernador de Canadá” y de que debería convertirse en el estado 51 e la Unión Americana.
Otro síntoma clave de su sombrío panorama fue la renuncia hace unas semanas de su ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, quien al abandonar el gabinete hizo pública una carta donde dejó claras sus diferencias con Trudeau, provocando una corriente dentro del Partido Liberal que se suma a la solicitud de que dimita del cargo de primer ministro.
Con la renuncia quedó disminuida la noticia de que el gobierno federal rompió su barrera fiscal y registró un déficit de 61.9 mil millones para el año fiscal 2023-2024, según la declaración económica de otoño.
Poilievre, ¿la nueva opción?
Los conservadores, liderados por Poilievre, han ganado terreno al capitalizar las preocupaciones económicas y sociales de los votantes.
Poilievre ha proyectado una imagen de cambio, presentándose como un líder capaz de reconectar con las necesidades de las clases media y trabajadora. La fragmentación del voto progresista entre los Liberales y el Nuevo Partido Democrático (NDP) también amenaza la capacidad de Trudeau para consolidar su base de apoyo.
La intención de Poilievre es presionar al máximo a Trudeau para adelantar elecciones antes de octubre pero todavía no hay nada confirmado y habrá que esperar a finales de enero cuando el Parlamento nuevamente sesione y se ponga en la mesa esa posibilidad.
Este político conservador creció en Alberta y se graduó en la Universidad de Calgary con un título en Relaciones Internacionales. Es un conservador de toda la vida, defensor del libre mercado, miembro de la Cámara de los Comunes desde 2008 y líder del Partido Conservador y de la oposición desde 2022. Anteriormente se desempeñó como ministro de Reforma Democrática de 2013 a 2015 y ministro de Empleo y Desarrollo Social en 2015.
Estrategia para sobrevivir
El panorama para las elecciones de 2025 sugiere que Trudeau necesitará una estrategia electoral agresiva para recuperar terreno. Sin embargo, esto se complica debido al desgaste de su marca personal y la percepción de que no ha cumplido completamente las expectativas generadas en su mandato.
El éxito dependerá de su capacidad para reconectar con los votantes jóvenes, quienes fueron clave en sus victorias anteriores, pero han mostrado desencanto, además de ofrecer soluciones concretas al aumento del costo de vida y a los desafíos climáticos, temas centrales para el electorado canadiense.
Además de contrarrestar la influencia de Trump sin mostrarse muy agresivo. _