El río Mekong que cruza China, Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam se ha convertido en las últimas dos décadas en el triángulo dorado de las drogas; el gran laboratorio del sureste asiático desde donde salen toneladas de precursores con diversos destinos, incluidos México y Estados Unidos.
Aunque para China el tráfico de drogas es un tema casi vedado, tanto que su consumo y venta se castiga con la pena de muerte, el gobierno se esfuerza en controlar la intensa actividad que se registra al suroeste del país y que ha sido imposible frenar debido a la laxitud con la que sus vecinos abordan esta problemática.
La fabricación de precursores químicos ocurre en la región sur y suroeste de China, en la frontera con Myanmar, Nepal, Buthan y Laos, donde la aplicación de la ley es incierta, lo que provoca que las bandas criminales se asienten en esta zona, pero también en algunas provincias donde el desarrollo no es igual al resto del país.
De acuerdo con el informe La Droga teje sus redes, publicado por la Unesco, en China las zonas productoras de droga sean las más pobres del país: las regiones periféricas del sudoeste (Yunnán, Sichuán, Guizhu, Guangxi) y del norte (Qinhay, Ningxia, Xinjiang, Gansú).
La crisis del tráfico de drogas en el gran laboratorio asiático, un tema del que casi no se habla en público, derivó en una masacre en 2011 y ésta se llevó a la pantalla cinematográfica en China. Operación Mekong muestra cómo es el tráfico de drogas en esta región del suroeste chino y su frontera con Laos, Myanmar, Vietnam, Buthan y Nepal hasta Tailandia.
La película narra cómo en 2011, dos barcos de carga chinos fueron atacados por traficantes, contrabandistas y piratas. Los 13 tripulantes fueron asesinados y arrojados al río Mekong.
Tras este hecho real llevado a la pantalla, el gobierno de China interrumpió el comercio en la región del triángulo asiático. La película narra también la tensa relación que existe entre estos países a consecuencia del tráfico de drogas, algo que se asemeja a la problemática del tráfico de precursores químicos en la zona de México y Estados Unidos y los esfuerzos que ambos países han hecho para frenarlo.
En la región del triángulo dorado abundan las selvas, lo que facilita la existencia de laboratorios clandestinos que son controlados por criminales que se ocultan entre Myanmar, China, Laos y Tailandia. La película sin embargo, recibió críticas por presentar a los personajes chinos como los héroes mientras que los otros eran corruptos y temerarios.
Esta realidad es una constante en esta región, pero también ocurre en puertos marítimos como Qingdao, al noroeste de China, desde donde en abril pasado salió un cargamento de 21 toneladas de precursores químicos que fue incautado en el puerto mexicano de Lázaro Cárdenas.
- El puerto de Qingdao en la provincia de Shandong es uno de los 10 más grandes del mundo y desde ahí China exporta hierro y petróleo a todo el mundo.
Tras la denuncia hecha por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la carta enviada al gobierno chino de Xi Jingping, ambos países acordaron reforzar los controles en los puertos chinos, y funcionarios mexicanos fueron recibidos por autoridades chinas que explicaron los esfuerzos del gobierno para evitar el tráfico de precursores químicos.
Las drogas que se incautan en Laos y Tailandia proceden principalmente de laboratorios ilegales a escala industrial controlados por bandas delictivas que se ocultan en las selvas montañosas del norte de Myanmar y que transitan por toda la región, utilizando puertos marítimos de China, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia.
Mientras esto ocurre, al suroeste chino, el río Mekong continúa siendo el canal de tráfico de drogas y donde autoridades, principalmente tailandesas, realizan constantes decomisos de millones de pastillas de metanfetaminas y otras drogas sintéticas que cruzan el Pacífico.
EDD