El tiempo, una de las muchas dimensiones que existen en el universo. Hemos estructurado nuestras vidas y nuestras sociedades en torno a esta periodicidad. Dividimos nuestros días en horas, minutos y segundos y construimos rutinas alrededor de estos horarios.
Pero un pueblo en Noruega, Sommarøy, ha decidido poner fin al tiempo y a principios de junio enviaron una petición a las autoridades para abolir este concepto.
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Las condiciones geográficas de esta localidad son excepcionales y han llevado a sus habitantes a solicitar esta medida drástica: en verano el sol sale por 70 días consecutivos, sin anochecer, y en invierno no amanece por tres meses, tiempo durante el cual viven en completa oscuridad.
Esta condición es un síntoma de los países bajos como Islandia, Finlandia o Suecia, donde el concepto del tiempo no es congruente con las condiciones exteriores.
El autor intelectual de esta idea es Kjell Ove Hveding uno de los habitantes de Sommarøy. Desde el principio, su propuesta acaparó la prensa nacional y más recientemente la prensa internacional.
Además del revuelo mediático que ha recibido, esta iniciativa ha tomado forma y hace unas semanas Hveding se reunió con un miembro local del parlamento para trasladarle su petición.
Según explica Hveding el objetivo de crear un horario flexible también ayudará a reducir el estrés.
"En muchos casos el tiempo puede estar relacionado con la sensación de estar atrapado y aquí el reloj juega un papel. Al ser una zona libre de tiempo, todos podrán vivir sus vidas al máximo", declaró.
Hveding detalla que en su localidad, el tiempo no es una medida auténtica del tiempo: "Aquí, en medio de la noche, a las 2:00, puedes ver a los niños jugando futbol, a las personas pintando su casa o cortando el césped y a los adolescentes nadando. Siempre hay luz de día en verano y actuamos conforme a ello".
Hveding propone que tanto los horarios de trabajo como los escolares sean flexibles pero no explica cómo, bajo estas normas, la localidad podría mantener un sistema funcional para sus 321 residentes.
Tampoco ha brindado soluciones a los problemas de logística que podría suponer en el transporte, los vuelos, la apertura de las tiendas y la atención médica, entre muchas otras cuestiones.
Por su parte, el factor salud no ha sido contemplado en la formulación de esta iniciativa. De acuerdo con una publicación de la revista Gizzmodo, la profesora de ciencias animales y especialista en ritmos circadianos Hanne Hoffman asegura que el horario es un componente trascendental para el bienestar físico y mental del ser humano.
"Nuestros cuerpos se han adaptado a este ciclo de 24 horas generado por la rotación de la Tierra. No podemos ir en contra de la evolución y eso es lo que están haciendo en esos lugares", detalló y explica que por eso los seres humanos no se han desarrollado en el Ártico: "Va en contra de lo que estamos programados para hacer".
De acuerdo con la profesora las personas que viven en estos lugares deben hacer una serie de ajustes para mantener un horario. Una de éstas sería evitar que la luz entre a sus hogares durante la noche, de lo contrario, argumenta que se interrumpen las hormonas y los procesos metabólicos que responden a la luz y al tiempo, como la digestión y la temperatura corporal.
De momento, varios habitantes de la localidad han mostrado su apoyo a esta iniciativa, incluso han colgado sus relojes en un puente a la entrada de la isla como un gesto simbólico para expresar que en Sommarøy no existe la noción tiempo.
jos