En un dividido Departamento de Estado, Tillerson llama a la unidad

El secretario de Estado de EU dirigió su primer mensaje a los empleados de la dependencia, asegurándoles continuidad en sus puestos y pidiéndoles trabajar juntos como un sólo equipo.

Rex Tillerson durante su primer mensaje como titular del Departamento de Estado.
AFP
Washington /

El nuevo jefe de la diplomacia estadunidense, el empresario petrolero Rex Tillerson, asumió sus funciones este jueves con un pedido de unidad a un Departamento de Estado claramente dividido a raíz de la nueva política para migrantes y refugiados.

"Cada uno de nosotros tiene derecho a expresar sus convicciones políticas. Pero no podemos permitir que nuestras convicciones personales se impongan sobre nuestra capacidad de trabajar en equipo", dijo Tillerson en el hall de entrada del departamento de Estado.

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El ex jefe del gigante petrolero ExxonMobil recibió el miércoles la luz verde del Senado y esa misma noche el presidente Donald Trump le tomó juramento en la Casa Blanca.

Tillerson habló ante los empleados del Departamento de Estado congregados en el salón donde se sitúan las banderas de los países con los que Washington mantiene relaciones diplomáticas, y fue allí que lanzó su llamado a la unidad.

"Sé que esta ha sido una elección calurosamente disputada y que no todos sentimos lo mismo con relación a su resultado", señaló Tillerson.

Reconstruir la unidad interna

El mensaje de unidad de Tillerson es una referencia a la enorme y clara disidencia formada en el interior de la diplomacia estadunidense a raíz de los decretos firmados por Trump el pasado viernes.

El decreto de Trump suspende por 120 días el ingreso al país de refugiados (para los refugiados provenientes de Siria el plazo es indefinido) y por 90 días para ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

En respuesta, un número -no divulgado oficialmente- de diplomáticos y empleados del servicio exterior adhirieron a una Carta de Disenso, transmitida formalmente por los canales previstos dentro del departamento de Estado.

Diversas fuentes de la cancillería coinciden en que el número de diplomáticos que adhirieron al memorando interno de disenso ya ascendería a mil.

A inicios de esta semana, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, había dicho en una conferencia de prensa que los "burócratas" del departamento de Estado debían "seguir el programa o irse".

El nuevo secretario de Estado tendrá por delante la laboriosa tarea de reconstruir la unidad interna del aparato diplomático para hacer valer las políticas que son definidas en la Casa Blanca.

El primer día de trabajo de Tillerson ocurre poco después de conocerse el desastroso final de una llamada telefónica que mantuvieron el fin de semana Trump y el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.

En un momento de la conversación, cuando Turnbull insistió con Trump si Washington respetaría un acuerdo para recibir refugiados, el nuevo presidente estadunidense simplemente habría cortado la llamada.

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Turnbull apenas dijo a la prensa que la conversación había sido "franca y abierta", una frase que en el lenguaje diplomático normalmente revela alto nivel de tensión y desacuerdo.

Los dos gobiernos, aliados tradicionales, se empeñan ahora en poner paños fríos sobre el episodio, pero este jueves el influyente senador conservador estadunidense John McCain conversó con el embajador de Australia en Washington sobre lo ocurrido.

La agenda de Tillerson este jueves incluía una reunión con el canciller de Alemania, Sigmar Gabriel.

Contra "tradiciones ineficientes"

Con relación a la gigantesca maquinaria diplomática estadunidense, Tillerson se comprometió a analizar la necesidad de efectuar cambios en su estructura y funcionamiento.

"Hacer cambios sólo por hacerlos puede ser contraproducente y nunca será mi estilo. Pero no podemos mantener tradiciones ineficientes por sobre resultados mejores", dijo el nuevo secretario de Estado.

Tillerson no especificó cuáles serían las "tradiciones ineficientes" que se propone modificar.

En la mañana de este jueves, durante un encuentro con líderes religiosos, Trump elogió sin reservas a su secretario de Estado, en especial por la estrecha relación que el nuevo jefe de la diplomacia estadunidense tiene con autoridades del gobierno ruso, incluyendo al presidente Vladimir Putin.

"A algunos Rex (Tillerson) no les cayó bien porque él realmente se lleva bien con líderes de todo el mundo. Pero hay que entender que eso es algo bueno, no algo malo. Es respetado en todo el mundo y creo que será uno de nuestros mejores secretarios", dijo Trump.


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