El presidente turco Tayyip Erdogan, admitió el miércoles que hubo problemas con la respuesta inicial de su gobierno al devastador terremoto en el sur de Turquía, tras la indignación y frustración de los damnificados por la lenta llegada de los equipos de rescate.
Erdogan, que se presenta a las elecciones de mayo, dijo en una visita a la zona de la catástrofe que las operaciones ya funcionaban con normalidad y prometió que nadie se quedaría sin hogar. El número total de muertos en Turquía y la vecina Siria superaba los 15 mil.
En toda una franja del sur de Turquía, la gente buscaba refugio temporal y comida en un clima invernal gélido, y esperaba angustiada junto a montones de escombros donde familiares y amigos podrían yacer aún enterrados.
Los equipos de rescate seguían sacando a algunas personas con vida. Pero muchos turcos se han quejado de la falta de equipos, experiencia y apoyo para rescatar a los atrapados, cuyos gritos de auxilio a veces se oían.
"¿Dónde está el Estado? ¿Dónde han estado durante dos días? Se lo estamos suplicando. Déjennos hacerlo, podemos sacarlos", dijo Sabiha Alinak cerca de un edificio derrumbado cubierto de nieve donde sus jóvenes parientes estaban atrapados en la ciudad de Malatya.
Hubo escenas y quejas similares en la vecina Siria, cuyo norte también se vio duramente afectado por el enorme sismo del lunes.
El embajador de Siria ante las Naciones Unidas admitió que el gobierno tenía "falta de capacidades y de equipos", pero culpó de ello a más de una década de guerra civil en su país y a las sanciones occidentales.
Aumentará el número de muertos
Se esperaba que el número de víctimas mortales de ambos países aumentara, ya que cientos de edificios derrumbados en muchas ciudades se han convertido en tumbas para las personas que dormían cuando se produjo el terremoto.
En la ciudad turca de Antakya, decenas de cadáveres, algunos cubiertos con mantas y sábanas y otros en bolsas mortuorias, estaban alineados en el suelo a las puertas de un hospital.
Melek, de 64 años, dijo que no había visto equipos de rescate. "Hemos sobrevivido al terremoto, pero aquí moriremos de hambre o de frío".
Muchos en la zona de la catástrofe habían dormido en sus coches o en la calle bajo mantas en un contexto de un frío helador, temerosos de volver a entrar en los edificios sacudidos por el temblor de magnitud 7.8, el más mortífero en Turquía desde 1999, y por un segundo y potente seísmo horas después.
El número de víctimas mortales se elevó el miércoles a 9 mil 57 en Turquía, y en Siria, el número confirmado de víctimas ascendió a más de 2 mil 950, según el gobierno y un servicio de rescate que opera en el noroeste controlado por los rebeldes.
Según las autoridades turcas, unos 13.5 millones de personas se vieron afectadas en una zona que abarca aproximadamente 450 kilómetros desde Adana, en el oeste, hasta Diyarbakir, en el este. En Siria, la catástrofe se cobró víctimas hasta Hama, 250 kilómetros al sur del epicentro.
Más de 298 mil personas se han quedado sin hogar y se han abierto 180 refugios para desplazados, informaron medios de comunicación estatales sirios, refiriéndose al parecer a zonas bajo control gubernamental, no a las que están en manos de facciones de la oposición.
En Siria, las labores de socorro se ven complicadas por un conflicto que ha dividido la nación y destrozado sus infraestructuras.
La entrega de ayuda humanitaria de la ONU a través de Turquía a millones de personas en el noroeste de Siria podría reanudarse el jueves después de que la operación se detuviera por el terremoto, dijeron funcionarios de la ONU.
Impacto electoral
Erdogan, que ha declarado el estado de emergencia en 10 provincias y ha enviado tropas de ayuda, llegó a Kahramanmaras para ver los daños y las labores de rescate y socorro.
En declaraciones a los periodistas, con el ulular de las sirenas de las ambulancias de fondo, Erdogan dijo que había habido problemas con las carreteras y los aeropuertos, pero que "hoy estamos mejor".
"Estaremos mejor mañana y después. Todavía tenemos algunos problemas con el combustible (...) pero también los superaremos", dijo.
Más tarde, condenó las críticas a la respuesta del gobierno. "Es tiempo de unidad, de solidaridad. En un periodo como éste, no puedo tolerar que la gente lleve a cabo campañas negativas por interés político", declaró Erdogan a la prensa a su llegada a la provincia meridional de Hatay.
No obstante, la catástrofe supondrá un desafío para Erdogan en las elecciones de mayo, que ya se preveían como la lucha más dura de sus dos décadas en el poder.
El operador bursátil de Estambul suspendió la cotización durante cinco días en una medida sin precedentes.
Cualquier percepción de que el Gobierno no está abordando la catástrofe adecuadamente podría perjudicar sus perspectivas. Por otro lado, según los analistas, podría reunir el apoyo nacional en torno a la respuesta a la crisis y reforzar su posición.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar al-Assad, parece estar tratando de sacar provecho político del sismo, presionando para que la ayuda extranjera se haga llegar a través de su territorio, en un intento de romper su aislamiento internacional, según los analistas.
Twitter fue restringido en Turquía el miércoles, según el observatorio de internet Netblocks.
La medida "se conoce en un momento en que el público confía en poder hacer uso del servicio tras una serie de terremotos mortales", dijo Netblocks, que rastrea la conectividad en todo el mundo.
"¿Cómo es posible que Twitter esté restringido en un día en que la comunicación salva vidas?", dijo en Twitter el jefe del partido opositor DEVA, Ali Babacan.
MO