España celebra elecciones legislativas; Pedro Sánchez es favorito

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Ante la creciente avanzada de Vox, los partidos Populista y Popular han lanzado las alertas para que los votantes, sobre todo a las mujeres, se movilicen para evitar que el partido de ultraderecha tome fuerza en el legislativo.

Pedro Sánchez (EFE)
Líderes de partidos votan en las elecciones generales: Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Unidas Pod
AFP
Madrid, España /

España celebra hoy elecciones generales legislativas en las que el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, parte como favorito, aunque sin mayoría absoluta. Con dos grandes incógnitas: el resultado de la extrema derecha y las posibles coaliciones de gobierno.

Cerca de 37 millones de españoles están llamados a elegir los 350 diputados de la cámara baja y 208 de los 266 senadores.

El favorito de los sondeos es Pedro Sánchez, jefe de un gobierno minoritario desde junio. Todo indica que no tendrá mayoría absoluta, por lo que necesitaría a otros para continuar, siempre y cuando no sumen los partidos de la oposición conservadora.

Por ello, tras votar este domingo pidió "una mayoría parlamentaria lo suficientemente amplia que permita cuatro años de estabilidad", para lograr avances "en justicia social, concordia nacional y limpieza política", después de "muchos años de inestabilidad, de incertidumbre".

La izquierda radical de Podemos quiere gobernar con él, para garantizar "que haya políticas de izquierdas en España", como dijo su líder, Pablo Iglesias, confiado en que hay "una amplia mayoría progresista" en el país.

Pero enfrente, el socialismo tiene a tres partidos que ya le arrebataron la región de Andalucía, su mayor feudo hasta hace poco: Ciudadanos, Partido Popular (PP) y la extrema derecha de Vox.

El ascenso de este último es la gran novedad en un país donde, a diferencia de casi todo el resto de Europa, la extrema derecha había sido marginal hasta hace unos meses.

Un fenómeno por el que los socialistas han lanzado las alertas para movilizar a sus votantes y en particular a las mujeres, dado el discurso antifeminista de Vox.

Sánchez "me parece una opción moderada. No lo ha hecho demasiado mal estos últimos meses", dijo en un colegio de Madrid Carlos González, jubilado de la construcción.

En Barcelona, Victoria Gracia, de 59 años, dijo haber votado por Podemos "para que pacten con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y lo mantengan a raya", y porque siente "desagrado" de pensar en un ejecutivo de derechas.

Cerca de ella, la pensionista Teresa Díaz se decantó en cambio por Ciudadanos, firme defensor de la unidad de España, frente al desafío secesionista catalán. "Espero que gane la derecha y ponga un poco de orden aquí, porque estoy angustiada".

Una persona vota durante las elecciones generales en un colegio electoral de Valencia (EFE)

Partidos perfilan alianzas

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, dijo estar abierto a gobernar con los liberales de Ciudadanos y con Vox, un partido fundado hace cinco años y que lleva meses llenando auditorios en sus mítines por toda España.

Los sondeos auguran a Vox unos 30 escaños, si bien algunos analistas advierten que hay voto oculto y podrían obtener más.

Los tres partidos quieren "echar a Sánchez", y los comicios se presentan como una pelea entre el bloque de izquierdas y el de derechas.

Sin embargo, subsiste una posibilidad intermedia, no desmentida por el dirigente socialista: la de entenderse con Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, en caso de ser la única mayoría de gobierno posible.

Esto le evitaría a Sánchez tener que apoyarse en los partidos separatistas catalanes, que a cambio le piden algo a lo que él se opone firmemente: un referendo de autodeterminación.

La situación en Cataluña

Durante la campaña, buena parte del debate político giró en torno al conflicto político con el separatismo catalán.

En junio, Pedro Sánchez se apoyó en los partidos catalanes para hacer prosperar la moción de censura con la que expulsó al conservador Mariano Rajoy.

La maniobra le valió acusaciones por parte de la derecha de ser "un traidor" y "un peligro público", y dio alas a una ultraderecha que el viernes acusó al socialista y sus socios de representar "la anti-España", un concepto de moda en los años 1930.

Monjas del convento de las clarisas votan en las mesa electoral instalada en el ayuntamiento de Salamanca (EFE)

El presidente del gobierno saliente se defendió, haciendo valer que fueron los separatistas y la derecha quienes tumbaron en febrero su Presupuesto 2019 y forzaron este adelanto electoral, que supondrá las terceras elecciones legislativas en apenas tres años y medio.

La situación en Cataluña será en cualquier caso uno de los temas más candentes para el próximo gobierno, mientras en el Tribunal Supremo continúa el juicio abierto en febrero a 12 líderes separatistas por su papel en el fracasado intento de secesión unilateral de 2017.

AE


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