El Gobierno socialista de Pedro Sánchez desmintió y rechazó “rotundamente” las insinuaciones de que España esté participando en una operación para desestabilizar políticamente a Venezuela, tras la detención múltiple que se llevó a cabo en el país, en la que dos españoles fueron arrestados. El Ejecutivo asegurado que no forman parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ni de ningún otro organismo estatal.
“España desmiente y rechaza rotundamente cualquier insinuación de estar implicada en una operación de desestabilización política en Venezuela”, señalaron fuentes oficiales del Ministerio de Exteriores.
Este pronunciamiento por parte de Exteriores se produce horas después de que Venezuela anunciara la detención de los vascos José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, por tener supuestos vínculos con el CNI y con figuras cercanas a la oposición venezolana que estarían preparando un plan para asesinar al presidente del país, Nicolás Maduro.
Basoa, de 35 años, y Adasme, de 32, son residentes en Bilbao. Sus familias presentaron una denuncia ante la Ertzaintza (policía vasca) para dar a conocer su desaparición el pasado 9 de septiembre. Aseguraron que estaban como turistas en el país sudamericano.
Sánchez y González:
Los dos vascos tomaron un vuelo de Madrid a Caracas el pasado 17 de agosto, donde alquilaron un vehículo que debían haber devuelto el 5 de septiembre, devolución que no hicieron. El 31 de agosto habrían salido en lancha desde Puerto Ayacucho hacia Colombia y este domingo deberían haber tomado un vuelo de vuelta a Madrid.
Venezuela les acusa de estar vinculados junto a la CIA en un supuesto plan para desestabilizar el país con el asesinato de Maduro, Delcy Rodríguez y Diosdado Cabello. Este último, como ministro de Relaciones Interiores, anunció estas detenciones durante una rueda de prensa, en la que informó sobre la incautación de unos 400 fusiles provenientes de Estados Unidos.
Venezuela reitera las acusaciones:
Todo esto ocurre luego de que el pasado domingo el candidato opositor Edmundo González llegara a Madrid para pedir asilo político. Posteriormente, fueron las palabras de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien se refirió al Gobierno venezolano como “dictadura”. Para el Gobierno de Venezuela, esas palabras son “insolentes, injerencistas y groseras”, y apuntaban a "un deterioro de las relaciones entre ambos países”.
Unas palabras que se traducían en la llamada a consultas del embajador español en Caracas y de su embajadora en España, Gladys Gutiérrez, que abandonó Madrid.
SNGZ