El adelanto electoral en España anunciado por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, desarmó la coalición que construyó con el partido de ultraizquierda Unidas Podemos, marcando las distancias con un movimiento surgido del activismo de base y que ha visto cómo se desvanece su apoyo en las urnas.
Sánchez adelantó el lunes a julio unas elecciones generales previstas para diciembre después de un considerable aumento del apoyo al conservador Partido Popular, o PP, y el ultraderechista Vox en las elecciones locales y regionales del domingo.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez lidera un gobierno en minoría con Unidas Podemos desde 2019, aunque las disputas entre los socios de coalición han dominado cada vez más los titulares. Además, la cúpula de Unidas Podemos está inmersa en otra lucha con la vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, que ha lanzado su propio movimiento político, Sumar.
Ernesto Pascual, politólogo y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya en Barcelona, dijo que el mandatario quería presionar a los grupos a la izquierda de su partido, que tuvieron un mal resultado en las elecciones, para aclarar quién tiene la capacidad y la disposición de gobernar.
“Pedro Sánchez necesita un bloque a su izquierda, unido (...). Entonces lo que hace es evitar que Podemos y Sumar se enfrenten más”, dijo Pascual. “Les está diciendo, mira, los resultados electorales son estos, os unís o va a ser un desastre”.
Aunque el porcentaje de voto de los socialistas no varió mucho en las elecciones locales y autonómicas, el pésimo resultado de Unidas Podemos en todo el país cuestiona el mandato de la coalición para continuar.
“Pedro Sánchez podría ver los resultados como la necesidad de desarmar el gobierno actual con la esperanza de que el partido aún tenga algo de fuerza para ganar las elecciones nacionales en el corto plazo”, indicó Nagore Calvo Mendizabal, profesora de estudios sobre España y Europa en el King's College London.
Unidas Podemos tuvo el domingo su peor resultado electoral desde que ganó sus primeros votos en unas elecciones europeas en 2014.
El partido fue fundado por el movimiento español del 15M, precursor de las protestas de Occupy en otros países y liderado en principio por el profesor universitario Pablo Iglesias. Unidas Podemos, que condenaba las políticas de austeridad impuestas tras la crisis financiera de 2008, prometía medidas nacidas del activismo de base y creció hasta convertirse en una fuerza nacional.
Desde que entró en el gobierno de coalición con los socialistas en 2019, la formación se ha centrado en cuestiones como identidad de género y derechos LGBTQ. “Son valores que el electorado tradicional del PSOE no entiende”, explicó Pascual. “Entiende los problemas que tienen que ver con lo material, con el sueldo mínimo, con la inflación”.
El combativo estilo del partido ha provocado acalorados choques con el PP y Vox en el Congreso. Iglesias dejó oficialmente la política en 2021, aunque algunos creen que aún influye en la formación, por ejemplo en las recientes negociaciones con Sumar sobre un pacto electoral. “Detrás está el padre fundador que se niega a dejar caer las riendas del todo”, apuntó Pascual.
Desde entonces, el PSOE y Unidas Podemos han tenido encontronazos evidentes como las reformas ordenadas a una controversial ley sobre consentimiento sexual, que habilitaba una laguna legal para que los violadores pudieran reducir sus sentencias.
Aunque algunos interpretaron los resultados del domingo como un regreso a la política bipartidista que dominó España hasta que Unidas Podemos irrumpió en escena, otros insistían en que los partidos regionales y la ultraderecha aún tenían fuerza suficiente como para mantener a raya un gobierno del PP o el PSOE sin Unidas Podemos.
Aunque el “shock” del adelanto electoral aún no se había disipado, indicó Sandra León, politóloga de la Universidad Carlos III de Madrid, Sánchez cree que merece la pena para ahorrarse “los costes de división interna en el gobierno hasta diciembre".
León y Pascual se mostraron de acuerdo en que el objetivo principal es desconcertar a enemigos internos y externos. El puñado de socialistas que tuvo mejores resultados en las elecciones regionales son precisamente los candidatos que podrían amenazar la autoridad de Sánchez dentro del PSOE. Entre tanto, los votantes verán a Vox llevar la iniciativa con el oficialmente moderado PP durante las próximas semanas y podrían inclinarse por los socialistas para evitar que Vox gane más poder en el Congreso.
Sin embargo, la nueva fecha electoral conlleva algunas complicaciones. Celebrar las elecciones a finales de julio no tiene precedentes en un país del sur de Europa como España, donde mucha gente estará de vacaciones lejos de la dirección donde está registrada para votar, y con los partidos en pleno proceso de negociar alianzas tras las elecciones locales.
El gobierno también tendrá que lidiar con el inicio del turno de España en la presidencia de la Unión Europea a partir del 1 de julio y las negociaciones con Gran Bretaña sobre las relaciones con el enclave británico de Gibraltar después del Brexit.
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