El líder independentista catalán Carles Puigdemont, prófugo desde hace siete años de la justicia española, afirmó este sábado que nunca pensó en entregarse a las autoridades durante la fugaz aparición que realizó el jueves en Barcelona.
"Nunca tuve la intención de entregarme a una autoridad judicial que no es competente para perseguirnos (...) ni tiene interés alguno en hacer justicia", pero que "pretende hacer política", explicó en un video en catalán difundido en la red social X el ex presidente (2016-2017) de esa rica región del noreste de España.
Desde la ciudad belga de Waterloo, donde se instaló en los últimos años, señaló que el jueves tenía la intención de "ingresar al Parlamento [regional] para asistir a la investidura" del jefe del Ejecutivo catalán y ejercer su "derecho a hablar y (...) a votar" en tanto que diputado electo en los últimos comicios regionales.
"Pero desde primera hora de la mañana quedó claro que el Departamento de Interior había organizado un dispositivo policial para impedirme entrar al Parlamento", agregó Puigdemont, que finalmente arengó a sus seguidores en un parque cercano antes de esfumarse pese al amplio dispositivo policial tendido para capturarlo.
"En ese contexto, tratar de acceder al Parlamento hubiese significado una detención segura y no hubiera tenido la menor posibilidad de dirigirme a la Cámara, lo cual era mi objetivo. Hubiera equivalido a una entrega voluntaria para que se hiciera efectiva mi detención", agregó.
En medio de ese "contexto de represión con asedio total, volver a mi residencia belga, aquí en Waterloo, se convirtió en el objetivo", señaló.
El líder del partido separatista Junts per Catalunya (JxCAT, Juntos por Cataluña) aseguró que era consciente de lo que "arriesgaba" y de los "costes enormes de un fracaso".
"Pero hacía falta denunciar internacionalmente a un Estado español que no se comporta de forma democrática cuando permite que jueces del Tribunal Supremo se burlen de las leyes que aprueba su Parlamento". apuntó.
En declaraciones a la red de televisión TV3, Puigdemont dijo que su aparición en Barcelona es una prueba de que "podemos entrar y salir del país, para desafiar a un Estado opresor".
En su opinión "no queda otro remedio que se aplique la ley de amnistía", que el gobierno español impulsó en el Parlamento en beneficio de los implicados en la declaración de independencia de Cataluña en 2017.
"Si se quiere hacer política -y yo quiero hacer política en condiciones de normalidad"- esta ley debe aplicarse", insistió.
Un juez del Tribunal Supremo español determinó a inicios de julio que esa amnistía no se aplicaba a las acusaciones de malversación que pesan sobre Puigdemont.
EHR