El servicio meteorológico nacional de España rebajó el jueves las alertas por mal tiempo después de que fuertes tormentas azotaran el sur de la provincia de Málaga y el este de Valencia, ya azotadas por mortales inundaciones repentinas hace dos semanas, causando daños pero sin víctimas.
Las autoridades locales mantuvieron las alertas meteorológicas naranjas, el segundo nivel más alto, y continuaron la precaución en Andalucía y Valencia y se refirieron a nuevas tormentas en las provincias de Huelva, Cádiz, Sevilla, Alicante y Valencia.
Los servicios de emergencia de Málaga mantuvieron fuera de sus casas a casi 4 mil personas evacuadas por riesgo de inundaciones, mientras que los colegios permanecieron cerrados en la provincia y en distintas localidades de Granada, Sevilla, Cádiz y Huelva.
Medio millón de niños en total permanecieron el miércoles fuera de los colegios andaluces.
"Mucha vigilancia y 244 incidencias atendidas. Finaliza el aviso rojo en Málaga. Seguimos muy pendientes de su avance en todas las provincias. PRECAUCIÓN hasta el final", dijo el jueves en la red social X el jefe regional de Andalucía, Juanma Moreno.
Así lo dijo Moreno:
El comité de emergencias de Valencia, donde se temía por el posible impacto de más lluvias en zonas que ya tenían importantes cantidades de lodo y sistemas de alcantarillado dañados, dijo que esta vez no había afectado a las zonas afectadas por las tormentas mortales.
Se levantó la prohibición del uso de vehículos privados y se permitió la reapertura de los colegios a partir del mediodía, una vez pasada la peor parte de la tormenta, según declaró a la prensa la portavoz del comité de emergencias, Rosa Touris.
Se esperaba que los trenes de alta velocidad entre Madrid y Valencia, suspendidos desde la tormenta del 29 de octubre, se reanudaran a partir del mediodía, y la conexión ferroviaria entre Valencia y Barcelona también volvió a funcionar el jueves, dijo el Ministerio de Transportes.
Las últimas tormentas, y los intensos preparativos para su llegada, se produjeron después de fuertes críticas sobre todo a las autoridades locales, pero también al gobierno nacional, por su nivel de preparación y advertencias a los ciudadanos sobre la tormenta del 29 de octubre y las inundaciones resultantes, principalmente en Valencia, que mataron a más de 200 personas.
YRH