Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange española, fueron exhumados hoy de la basílica del Valle de los Caídos al panteón madrileño de San Isidro, precisamente cuando se cumplen 120 años de su nacimiento, el 24 de abril de 1903.
Fue su quinto entierro desde que el falangista fue fusilado tras ser juzgado por las autoridades republicanas en 1936 en la cárcel de Alicante, hace 86 años.
La operación para trasladar a Primo de Rivera desde el altar mayor de la basílica, donde se encontraba junto al de la tumba del dictador Francisco Franco hasta su exhumación en octubre del 2019, fue realizada con total discreción. Los trabajos empezaron desde la madrugada de este lunes.
Estuvieron presentes alrededor de 80 personas de su familia, los operarios encargados de retirar la losa de granito de 3 mil 500 kilos que cubría su sepultura y los empleados de la funeraria responsables del traslado.
Tras la extracción del féretro de Primo de Rivera, el prior de la abadía benedictina del ahora llamado Valle de Cuelgamuros, Santiago Cantera, realizó un responso previo al traslado del féretro hasta el cementerio de San Isidro.
Los restos del fundador de la Falange estuvieron en el altar de la basílica del Valle de los Caídos desde el 1 de abril de 1959, cuando se celebró un entierro multitudinario organizado por el régimen franquista coincidiendo con la inauguración del mausoleo.- Te recomendamos Empresarios mexicanos y españoles persiguen oportunidades de negocio entre ambos países Negocios
La exhumación cumple con lo establecido en la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2022, que impide la presencia de restos mortales en ningún lugar “preeminente” del recinto, como es el caso de Primo de Rivera y como sucedía hasta 2019 con el dictador Francisco Franco, también enterrado junto al altar mayor en el año 1975.
Fueron los familiares de Primo de Rivera quienes solicitaron la exhumación sin esperar a que el Gobierno ejecutara el cambio de ubicación en aplicación de la nueva norma.
Tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, todas las criptas adyacentes a la basílica, donde se calcula que hay enterrados los restos de más de 33 mil combatientes de la Guerra Civil, tienen carácter de cementerio civil.
Para evitar concentraciones falangistas, el recinto permaneció cerrado al público, aunque los partidarios de Primo de Rivera, que califican el traslado de “profanación”, se concentraron en el cementerio de San Isidro.
BCS