Espías, empresarios y sanciones económicas, los pilares de la relación entre Cuba y EU en 2023

Si los republicanos ganan la Casa Blanca en noviembre próximo, las tensiones entre cubanos y estadunidenses podrían agudizarse.

Embajada de Cuba en Washington | Reuters/Archivo
Manuel Juan Somoza
Ciudad de México /

La captura en Miami de un ex embajador de Estados Unidos que habría espiado para Cuba durante 40 años agudizó en 2023 la extensa confrontación entre La Habana y Washington, que podría devenir más incisiva si los republicanos ganan la Casa Blanca en noviembre próximo, según se estima en la isla.

De origen boliviano, Víctor Manuel Rocha, 73 años, responderá ante un tribunal de Florida el próximo 29 de enero, tras escalar posiciones en el departamento de Estado entre 1981 y 2002 y llegar a ser embajador en La Paz. También trabajó en Cuba en la década de los años 90 del siglo pasado.

Según el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés), Rocha siguió informando a los cubanos luego de terminar su carrera diplomática.

“Esta acción pone al descubierto una de las infiltraciones de mayor alcance y duración en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”, ha dicho el fiscal general, Merrick Garland.

México, envuelto en guerra secreta entre Cuba y EU

De acuerdo con informes desclasificados, la confrontación cubano-estadunidense comenzó poco después del triunfo de Fidel Castro el 1 de enero de 1959 y abarca desde sanciones económicas y acciones violentas contra la isla caribeña, hasta un insaciable duelo entre los servicios de inteligencia de ambos países.

En 2023, el caso Rocha se convirtió en el capítulo más reciente de esta historia de misterios que tuvo otro sonado episodio el 7 de enero del mismo año.

Ese día, la estadunidense de origen puertorriqueño, Ana Belén Montes, salió de una prisión en Texas después de cumplir 21 de sus 25 años de condena por “conspiración para entregar información de defensa nacional de Estados Unidos a Cuba en violación del Título 18 del Código de los Estados Unidos”.

Montes fue la analista principal sobre Cuba en la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos y durante casi 20 años informó a La Habana.

Esta vorágine de espionaje incluso envolvió a México en 1969, cuando debió retirar de su embajada en La Habana al agregado de prensa Humberto Juan José Carrillo Colón quien, según los cubanos, informaba a la CIA de Estados Unidos sobre las capacidades militares de la isla.

“No hay perspectivas de cambio”: Cuba

Además del espionaje, en los últimos 12 meses las controvertidas relaciones se mantuvieron signadas por una política de presión económica de Washington sin precedentes desde la puesta en práctica del embargo-bloqueo que “terminará con el problema cubano”, según uno de sus propulsores, el subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos, Lester D. Mallory.

“La mayoría de los cubanos apoya a Castro (…) el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales (…) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba”, sugirió Mallory un año después del triunfo de Castro.

Esa política fue profundizada por décadas y, más reciente, en la administración republicana de Donald Trump y en 2023 se mantuvo como eje de la práctica del presidente demócrata Joe Biden, cuyo gobierno llegó a interferir la compra por los cubanos de oxígeno medicinal en plena pandemia de covid-19.

“Del 1 de marzo de 2022 hasta el 28 de febrero de 2023, el bloqueo causó daños estimados en el orden de los cuatro mil 867 millones de dólares”, dice La Habana.
“Lo cierto es que, al cabo de tres años del actual gobierno de Estados Unidos, no ha habido cambios sustanciales, ni hay perspectivas de que vaya a haber cambios sustanciales. Nosotros sabemos que el gobierno cuenta con latitud suficiente para cambiar la situación actual, si tuviera la voluntad de hacerlo”, asegura el viceministro de Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, al finalizar 2023.

Un incipiente factor de cambio

En el otoño pasado, un hecho insólito trascendió en medio de la hostilidad. Empresarios privados de Cuba y Estados Unidos finalizaron en Miami, Florida, varios días de coordinaciones de negocios por primera vez desde que Washington prohibiera tales vínculos en 1962 y La Habana reaceptara esa gestión, prohibida en la isla desde 1968.

“Llevamos mucho tiempo esperando que la ideología y los problemas políticos no nos detengan y luchando para que encuentros como este puedan ocurrir”, dijo el empresario cubano-estadunidense Hugo Cancio.

Y quizá ese novedoso ámbito “a futuro pueda convertirse en factor de cambio” en las relaciones bilaterales, consideran diplomáticos y expertos.


EHR

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