Con más de 27 millones de votos ya emitidos de manera adelantada y por correo, las elecciones del 8 de noviembre en Estados Unidos se perfilan a registrar un récord de participación a nivel nacional, en una coyuntura donde buena parte de la atención del país está puesta sobre cuatro estados que pueden decidir no solo la composición del Congreso, sino la ruta hacia la contienda presidencial del 2024.
Arizona, Georgia, Nevada y Pensilvania aparecen en todos los radares electorales como los estados determinantes para definir el desenlace en el Senado, donde los republicanos requieren solo ganar un asiento más para arrebatarle el control a los demócratas, en momentos que las encuestas muestran competencias reñidas a días de los comicios.
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Pero estos cuatro estados pueden también colocar en la silla de gobernador, del secretario de Estado y de procurador, a republicanos pro-Trump (del grupo MAGA), que desconocen el triunfo de Joe Biden en 2020 y que no se han comprometido a reconocer el resultado de las elecciones si pierden, además de que en caso de ganar, tendrán bajo su control la certificación electoral en las presidenciales de 2024.
“Existen candidatos que se postulan para todos los niveles de puestos electorales en Estados Unidos: para gobernador, para el Congreso, para fiscal general, para secretario de estado que no se comprometen a aceptar los resultados de las elecciones en las que están compitiendo. Esa es la ruta el caos…. No tiene precedentes, es ilegal y es anti-estadunidense (…), no puedes amar a tu país solo cuando ganas”, dijo Biden en un mensaje al país.
De los cuatro estados, Nevada aparece como el más endeble, toda vez que resulta casi inminente la derrota de la senadora mexico-americana Catherine Cortés-Masto ante su rival republicano, el procurador Adam Laxalt.
Encuestas muestran que el apoyo recibido por la senadora del voto latino, que representa 20 por ciento del electorado, empieza a erosionarse por lo que el Partido Demócrata se vio forzado a llevar a Barack Obama a hacer campaña junto a ella.
“Este hábito cada vez mayor de demonizar a los opositores políticos crea un clima peligroso… Si ese es el ambiente que creamos, más personas saldrán lastimadas”, afirmó Obama en lo que se perfila como una estrategia demócrata para exhibir, a raíz del ataque contra la familia de Nancy Pelosi, el extremismo de algunos seguidores del partido republicano.
En Pensilvania, uno de los estados que pueden inclinar el Senado a favor de cualquier partido, los candidatos a la Cámara alta, el demócrata Joe Fetterman aventaja al republicano Mehmet Oz, un doctor estrella de televisión, por cinco puntos, pero las encuestas han estado volátiles.
Para la gubernatura, el demócrata Josh Shapiro tiene una leve ventaja sobre el republicano Doug Mastriano, un militar retirado.
En Arizona, donde los latinos representan uno de cada cuatro votantes, tanto demócratas como republicanos han lanzado un último esfuerzo para cortejar su voto, en momentos que los candidatas de ambos partidos para la gubernatura, Kattie Hobbs y Kari Lake respectivamente, se encuentran en algunos sondeos dentro del margen de error por lo cerrado de las cifras.
En Georgia, la esperanza afroamericana para un triunfo a la gubernatura de la ex legisladora, Stacey Abrams, puede quedar truncada, toda vez que las últimas encuestas la colocan en desventaja frente al republicano Brian Kemp. Más de un millón de votantes ya depositaron su sufragio adelantado en este estado y se espera una alta participación el 8 de noviembre.
El poder de los indecisos
Encuestadores y analistas coinciden que en los cuatro estados campos de batalla, la proporción de votantes indecisos probablemente definirá el desenlace en el último momento por los márgenes de ventaja tan reducidos entre los contendientes.
En opinión del encuestador John Zogby, es un panorama negativo para los demócratas, debido al temor de todos los votantes sobre el estado de la economía y el rumbo del país.
“En general, Estados Unidos y sus votantes están de muy mal humor”, observa Zogby en un encuentro con la prensa extranjera. “Encuestas recientes, incluida la mía, plantean el cuestionamiento clave: si el país va en la dirección correcta o en el camino equivocado. Un 24 por ciento dice que el país va en la dirección correcta.
"La otra cara de eso es que más del 70 por ciento siente que va en la dirección equivocada; ese puede ser el único punto de consenso entre demócratas y republicanos: la dirección correcta, el camino equivocado”, destacó.
Las preocupaciones centrales de los electores son, en este orden: la economía e inflación, el aborto, los derechos de voto, la política de control de armas de fuego, la inmigración, el cambio climático y la criminalidad.
Para Biden y los demócratas el riesgo de ese malestar con la situación del país no es solo perder el Senado, sino que los candidatos extremistas MAGA (acrónimo del lema trumpista “Make America Great Again”) ganen gubernaturas o las secretarías de estado, los dos puestos de elección popular que guardan la llave para avalar la calificación, estado por estado, de los comicios presidenciales de 2024.
FLC