Estados Unidos llevó a cabo el martes un ataque en Irak que altos cargos estadunidenses calificaron de defensa propia, mientras aumentaban las tensiones regionales tras un ataque aéreo israelí en Beirut que, según Israel, mató al comandante de mayor rango de Hezbolá.
La policía iraquí y fuentes médicas dijeron que el ataque dentro de una base al sur de Bagdad utilizada por las Fuerzas de Movilización Popular de Irak mató a cuatro miembros del grupo, que contiene varias milicias armadas alineadas con Irán, e hirió a otros cuatro.
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En una declaración posterior a las explosiones, las Fuerzas de Movilización Popular no acusaron a nadie de los ataques.
Altos cargos estadunidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo en Musayib, situada en la provincia de Babil, pero no dieron más detalles sobre el lugar.
Los altos cargos añadieron que el ataque iba dirigido contra milicianos que, a juicio de Estados Unidos, pretendían lanzar drones y suponían una amenaza para las fuerzas estadunidenses y de la coalición.
Los altos cargos no hicieron comentarios sobre víctimas.
"Esta acción subraya el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de nuestro personal", dijo uno de los ellos.
Irak condenó el ataque diciendo que la coalición militar liderada por Estados Unidos cometió un "crimen atroz" al atacar sitios de seguridad al sur de Bagdad y dijo que los ataques eran una grave violación de la misión y el mandato de la coalición, dijo un portavoz militar iraquí en un comunicado.
La semana pasada se lanzaron varios cohetes contra la base aérea iraquí de Ain al-Asad, donde se encuentran las fuerzas dirigidas por Estados Unidos, según fuentes estadunidenses e iraquíes, sin que se registraran daños ni víctimas. Representantes estadunidenses afirmaron que ninguno de los cohetes alcanzó la base.
La acción del martes fue el primer ataque estadunidense conocido en Irak desde febrero, cuando el Ejército estadunidense lanzó ataques aéreos en Irak y Siria contra más de 85 objetivos vinculados a la Guardia Revolucionaria de Irán y a milicias alineadas con Irán.
Las Fuerzas de Movilización Popular, una agrupación de paramilitares iraquíes regulada por el Estado y compuesta por 150 mil efectivos, está dominada por grupos fuertemente armados y curtidos en mil batallas leales a Irán y con estrechos vínculos con sus Guardias Revolucionarios.
Irak, un inusual aliado tanto de Estados Unidos como de Irán, que acoge a dos mil 500 soldados estadunidenses y cuenta con milicias respaldadas por Irán vinculadas a sus fuerzas de seguridad, ha sido testigo de una escalada de ataques desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás en octubre.
Irak quiere que las tropas de la coalición militar liderada por Estados Unidos comiencen a retirarse en septiembre y que el trabajo de la coalición finalice formalmente en septiembre de 2025, según han declarado fuentes iraquíes, aunque es probable que algunas fuerzas estadunidenses permanezcan en calidad de asesores recién negociados.
La cuestión está muy politizada, ya que las facciones políticas iraquíes, alineadas principalmente con Irán, quieren demostrar que están expulsando de nuevo al otrora ocupante del país, mientras que los funcionarios estadunidenses quieren evitar dar una victoria a Irán y sus aliados.
Las fuerzas lideradas por Estados Unidos invadieron Irak en 2003, derrocaron a su ex líder, Saddam Hussein, y luego se retiraron en 2011, para luego regresar en 2014 para luchar contra Estado Islámico a la cabeza de una coalición.
DLGE