El jefe de la diplomacia estadunidense, Mike Pompeo, acusó ayer a Teherán de querer “hacer todo” lo posible para poner fin a las manifestaciones en contra del régimen iraní, y volvió a advertir sobre la represión de las protestas, que ayer continuaron por tercer día consecutivo.
“No soy ingenuo”, dijo Pompeo durante un discurso en la Universidad de Stanford, en California, donde señaló que la milicia Basij, una fuerza voluntaria leal al régimen, “y los canallas iraníes quieren hacer todo para poner fin a estas protestas”, estimó.
“Vemos a los iraníes caminar por las calles en cantidades sorprendentes a pesar de los riesgos enormes en los que incurren”, agregó .
Pompeo denunció el uso de gases lacrimógenos, hechos de violencia ocurridos el domingo, y aseguró que los manifestantes quemaron imágenes del general iraní Qasem Soleimani.
“Estados Unidos está a su lado en sus llamados a favor de la libertad y de la justicia, y en su justificada cólera contra el ayatolá” Alí Jamenei “y sus esbirros”, agregó.
El diplomático citó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien advirtió durante el fin de semana a las autoridades iraníes contra cualquier tipo de represión a los manifestantes.
El ejército iraní reconoció este sábado que un misil derribó “por error” un avión civil ucraniano con 176 personas a bordo, acción que coincidió con el inicio de las represalias de la república islámica por el asesinato de Soleimani, muerto en un ataque con dron estadunidense en Irak.
Desde la noche del sábado, manifestantes han denunciado el proceder del gobierno, que en una primera instancia negó toda responsabilidad sobre la caída del avión Boeing 737 de Ukraine International Airlines.
Enojo popular
El enojo popular aumentó en Irán este lunes por el derribo del avión y el intento del gobierno de ocultar su papel en el hecho, al tiempo que videos difundidos por internet parecen mostrar a fuerzas de seguridad disparando munición real y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes en las calles.
La mayoría de quienes iban en el vuelo eran iraníes y canadienses-iraníes.
Para un creciente número de detractores, de ciudadanos ordinarios a deportistas y artistas famosos, los acontecimientos han revelado un gobierno incapaz de cumplir su incendiaria retórica y dispuesto a engañar a su propio pueblo sobre la tragedia nacional a fin de evitar la vergüenza.
Videos enviados al Centro por los Derechos Humanos en Irán, con sede en Nueva York, muestran a una multitud de manifestantes cerca de la Plaza Azadi, en Teherán, huyendo mientras latas de gas lacrimógeno cae a su alrededor.
En otro video se ve a varias personas cargando a una mujer y dejando un rastro de sangre en el suelo; las personas que la rodeaban gritaban que había recibido un disparo en una pierna.
Fotos y videos tomados tras el incidente mostraban charcos de sangre en la calle.
Sin embargo, el jefe de la policía de Teherán, el general Hosein Rahimi, negó este lunes que sus agentes hubieran disparado munición real.
“La policía trató a la gente que se había congregado con paciencia y tolerancia”, dijo Rahimi, según declaraciones citadas por medios iraníes. “La policía no disparó en las congregaciones porque la amplitud de mente y la moderación ha sido la actitud de las fuerzas policiales de la capital”.
La Guardia Revolucionaria fue acusada de disparar contra manifestantes en las protestas contra el aumento del precio de la gasolina decretado por el gobierno en noviembre pasado. Unas 300 personas murieron en los altercados, según reportes.
En Twitter, Trump saludó este lunes a los manifestantes en Irán. “¡Wow! Los maravillosos manifestantes iraníes se negaron a pisar o denigrar de ninguna manera nuestra Gran Bandera Estadunidense”, escribió.
“La pusieron en la calle para que la pisotearan, y por el contrario caminaron alrededor. Gran avance!”, escribió.