Un hombre de 27 años fue acusado de transportar de manera ilegal toneladas de explosivos que adquirió en Nevada, incluyendo varios que estallaron en un vecindario de Los Ángeles y dejaron 17 personas heridas el 30 de junio.
Entre las 17 personas heridas durante el estallido se encontraban nueve policías de Los Ángeles y un agente federal. La explosión, que se escuchó en varias cuadras, también volcó algunos vehículos y dañó otros, y rompió ventanas de hogares y de una lavandería.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Arturo Ceja realizó varios viajes a Nevada a finales de junio para comprar varios tipos de explosivos que llevó a su casa en camiones de alquiler.
La mayoría de los explosivos se compraron en el Área 51 con un traficante en Pahrump, Nevada. En California los fuegos artificiales pueden venderse hasta cuatro veces más caros que en Nevada.
"Ceja dijo a los investigadores que compró explosivos de fabricación casera —hechos con cartón, mecha y pólvora destellante— a una persona que los vendía en el portaequipaje de un Honda" en el estacionamiento de un negocio de pirotecnia en Nevada, según la denuncia.
Ceja no contaba con permiso del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés), ni con ninguna otra licencia "que le permitiera transportar fuegos artificiales o pirotecnia casera hecha con materiales explosivos, incluyendo, pero no limitándose a pólvora destellante", según la declaración jurada de un agente del ATF incluida en la denuncia.
En Estados Unidos, el cargo de transporte de explosivos sin licencia conlleva una sentencia máxima de 10 años en una prisión federal.
evr