No puede ser posible que al superar el medio millón de muertes por covid-19 en Estados Unidos, una empresa le prohíba a sus trabajadores usar cubrebocas.
Pero esto sucedió en una de las cadenas de supermercados más grandes de Florida, cuando el coronavirus se encontraba en el punto más alto de contagios y se propagaba rápidamente por todo el mundo.
Durante ese periodo, Gerardo Gutiérrez de 70 años de edad, trabajaba en una sucursal de supermercados, llamada Publix en Miami Beach.
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Sin embargo murió en abril, tras contagiarse de covid-19 en marzo, justo cuando se declaró la pandemia, en que Italia entraba en un confinamiento nacional que causó sorpresa en Occidente y en que los fallecidos en Estados Unidos todavía se contaban por centenas.
"Ya todos estábamos en pánico", recuerda su hija Ariane, la demandante en una causa civil contra Publix por homicidio culposo.
Una compañera de Gutiérrez, que presentaba síntomas del virus, afirma que la cadena de supermercados prohibía el uso de cubrebocas con la intención de no "asustar a sus clientes"
"El resultado fue que mi padre falleció. Había ido a trabajar todos los días sin ningún tipo de mascarilla ni guantes, y no le permitían usarlos", denunció su hija.
Al ordenar confinamiento y cerrar sus playas el 23 de marzo en Miami Beach, Publix esperó hasta la primera semana de abril para permitir a sus trabajadores usar cubrebocas voluntariamente, de acuerdo a la demanda.
El cambio de política llegó tarde para Gutiérrez, que ya estaba muy enfermo. Fue hospitalizado el 10 de abril y, el 28, sus amigos y familiares lo estaban despidiendo por Zoom. Murió ese día.
"Le encantaba nadar. Era muy activo, muy vital. Podía haber vivido muchos años más", dice Ariane.
Hace dos semanas, un juez rechazó una petición de la cadena de supermercados de tratar la denuncia como un reclamo de compensación laboral y no como una demanda.
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"Seguimos pagando"
A principios de marzo, Miami Beach todavía estaba en medio de su temporada más turística. Es la época en que estudiantes de todo el país se toman vacaciones de primavera y celebran su juventud en las playas de Florida como si no hubiera un mañana.
Mucho se habló entonces del inoportuno ambiente de fiesta de esta isla frente a Miami, cuando buena parte del país adoptaba por primera vez normas de distanciamiento social --un término desconocido hasta entonces.
"La gente demoró en prestar atención. Y todavía no hemos superado esto". recuerda Ariane Gutiérrez
Autoridades sanitarias no recomendaban al principio el uso público de cubrebocas, con la finalidad de garantizar que el personal médico tuviera las suficientes existencias.
"Ese mensaje al inicio de la pandemia fue un gran error estratégico de salud pública", dice Purnima Madhivanan, epidemióloga de la Universidad de Arizona.
Además, de una forma desconcertante para trabajadores de la salud y científicos, el tapabocas se convirtió en una declaración política porque Donald Trump, que era presidente, se negó durante meses a llevarlo. En ocasiones incluso le tomó el pelo a quienes lo hacían.
"Esos mensajes mixtos confunden a la gente. Y seguimos pagando por ello. Lasos cubrebocas son fundamentales", dice la epidemióloga.
Vivir con covid
Una de las lecciones que arrojan estos episodios, según la experta, es que, "por mucho que queramos decir que la ciencia prevalece, la ciencia es tan buena como los mensajeros que la comunican".
Un estudio de enero de la Universidad del Sur de California halló que una gran mayoría (entre 80 y 90 por ciento) de los estadounidenses cree que usar cubrebocas es una forma eficaz de protegerse contra el covid-19, pero sólo la mitad de ellos las utilizan consistentemente.
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"Esto muestra que el conocimiento no necesariamente se convierte en comportamiento", lamenta Madhivanan.
Inicialmente se creía que el clima cálido mataba el virus, que había que desinfectar las bolsas de la compra, que la raza era un factor, resulta ser que la desigualdad era el factor y muchos, como Gutiérrez, padecieron el daño de la desinformación.
"Algunas cosas han cambiado, pero otras, como el uso del tapabocas, deberían ser tan normalizadas en Occidente como lo son en los países asiáticos. Vamos a tener que vivir con covid, no habrá nunca un momento en que podamos decir que el covid habrá desaparecido. Solo tenemos que aprender a gestionarlo, como la gripe, advierte la epidemióloga.
LG