Los guardias penitenciarios de California acusados de abuso u otra mala conducta hacia los reclusos casi nunca son castigados, por lo que los funcionarios penitenciarios estatales anunciaron el miércoles cambios destinados a responsabilizar a los presos.
Las autoridades deciden qué denuncias de los reclusos investigar y si se impone algún castigo. El plan daría a los reclusos más tiempo para presentar una queja y una unidad en la sede de correccionales haría la revisión inicial.
Los funcionarios penitenciarios esperan implementar el nuevo proceso en fases, que entrará en vigencia por completo en junio de 2023. Los funcionarios penitenciarios llamaron a las reglas una "reestructuración completa".
"Nos esforzamos por crear un entorno en el que las personas bajo nuestra custodia o bajo nuestra supervisión, así como el personal, tengan confianza en nuestro sistema y puedan plantear inquietudes sin temor a represalias", dijo la secretaria de Correccionales Kathleen Allison en un comunicado.
Los cambios se producen después de que el inspector general Roy Wesley dijera en febrero que el sistema no era ni justo ni independiente. La revisión de su oficina encontró que los guardias absolvieron a más del 98% de los empleados de la prisión, una tasa incluso más alta que el 97% que fueron exonerados cuando la oficina del inspector general criticó el antiguo sistema en 2019.
Un recluso se quejó de que los guardias lo golpeaban con porras, lo rociaban con gas pimienta y luego lo encerraban en lo que él llamaba una “jaula en miniatura” durante seis horas y media sin agua ni tratamiento médico. El alcaide mantuvo la investigación en su prisión y finalmente no encontró violaciones a la política.
El nuevo equipo de selección de la sede decidirá si las acusaciones de mala conducta del personal hacia los reclusos o personas en libertad condicional serán manejadas por el director de la prisión o investigadas por la Oficina de Asuntos Internos del departamento.
mg