Desde la reapertura fronteriza entre el estado de California y México para los viajes no esenciales, se han presentado largas filas de espera para los turistas y comerciantes, provocando una lenta recuperación económica en los condados de California cercanos a la frontera.
Sin embargo, el problema no es de infraestructura, sino de personal, a pesar de que EU ha invertido $741 millones de dólares para expandir y mejorar el puerto de entrada de San Ysidro, con 62 cabinas de inspección repartidas en 34 carriles para acelerar el cruce fronterizo, existe una inminente falta de oficiales de CBP para ocupar las cabinas.
De acuerdo con el testimonio que el sindicato dio al Congreso en junio, CBP ha tenido que solicitar oficiales de otros puertos “para asignación temporal de tareas en las entradas terrestres de San Ysidro, Otay Mesa y Calexico” para “apoyar la carga de trabajo”, provocando tiempos de espera en la frontera de más de 4 horas.
Sin embargo, la CBP argumentó que los viajes y tiempos de espera no han aumentado de forma significativa en las últimas semanas desde la reapertura de la frontera. Por su parte, los funcionarios públicos de la región han dicho que planean presionar al gobierno federal sobre el tema, ya que el cruce fronterizo es vital para la recuperación económica de California.
Ya que antes de la pandemia, el valor del comercio entre San Diego y México superó consistentemente los $4 mil millones por año. El intercambio comercial entre Tijuana y San Diego se valoró en $2.1 millones diarios, de acuerdo con San Diego Union Tribune.
Según la Smart Border Coalition, aproximadamente 120,000 vehículos de pasajeros, 63,000 peatones y 6,000 camiones cruzan de un lado a otro entre San Diego y Tijuana todos los días.
No obstante, los tiempos de espera en la frontera se han convertido en un problema para los trabajadores esenciales que tienen que cruzar la frontera todos los días e incluso, han tenido que dormir durante la noche en sus automóviles para llegar a tiempo a sus trabajos.
wgp