El incendio forestal más grande de California arrasó gran parte del centro de Greenville, una pequeña comunidad montañosa del norte de California. El fuego 'Dixie' consumió negocios y viviendas y pintó el cielo con un resplandor anaranjado.
"Si usted todavía está en la zona de Greenville, está en peligro inminente y ¡DEBE marcharse ahora!" escribió la policía del condado de Plumas en Facebook este miércoles.
Un fotógrafo que cubría el incendio para The Associated Press dijo haber visto una gasolinera, un hotel y un bar quemados hasta los cimientos.
Bomberos de California compartieron en redes sociales la devastación que dejó 'Dixie' en esta comunidad de 800 personas.
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No se supo de inmediato cuántos edificios fueron demolidos, pero las fotos y el video de la escena indican que la destrucción fue generalizada.
"Perdimos a Greenville esta noche", dijo el representante de los Estados Unidos, Doug LaMalfa, quien representa el área, en un emotivo video en Facebook. "Simplemente no hay palabras".
El incendio, declarado hace 3 semanas, abarca más de mil kilómetros cuadrados (428 millas cuadradas) en los condados de Plumas y Butte.
Los bomberos han intentado proteger la población, situada unos 450 kilómetros (280 millas) al nordeste de San Francisco, despejando escombros de las carreteras y señalando las zonas de riesgo.
Pandora Valle, vocera del Servicio Forestal de Estados Unidos, había indicado antes al San Francisco Chronicle que "los bomberos pelean por la localidad de Greenville", pero no pudo dar más detalles sobre los daños.
Los meteorólogos advirtieron de unas condiciones especialmente secas y con vientos de hasta 64 kilómetros por hora (40 millas por hora). Eso podría extender el fuego por bosques, pastos y arbustos, especialmente en los frentes norte y nordeste del gran incendio 'Dixie'.
"Creo que definitivamente tenemos unos días duros por delante", dijo Shannon Prather, del Servicio Forestal de Estados Unidos.
Los bomberos pudieron salvar viviendas y contener largos tramos del fuego. Pero las llamas saltaron las líneas perimetrales en algunos puntos el martes, lo que provocó órdenes de evacuación para unas 15 mil personas al este del Lago Almanor, según los bomberos.
El calor de las llamas creó un pyrocumulus, o nubes de fuego. La enorme columna de humo se alzaba hasta los 9.000 metros (30.000 pies) de altura, según Mike Wink, jefe de sección de los bomberos estatales.
El incendio ha amenazado a miles de hogares y destruido 67 casas y otros edificios desde que comenzó el 14 de julio. Está contenido en un 35%.
Unos 240 kilómetros (150 millas) más al este, el incendio McFarland, provocado por rayos, amenazaba viviendas a lo largo del Río Trinity en el Bosque Nacional Shasta-Trinity. El incendio estaba contenido apenas en un 5% y había calcinado casi 65 kilómetros cuadrados (25 millas cuadradas) de vegetación marcada por la sequía.
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También se esperaba un tiempo peligroso en el sur de California, donde se emitieron alertas y avisos para los valles de interior, montañas y desiertos durante la mayor parte de la semana.
Las olas de calor y una sequía histórica asociada al cambio climático han hecho los incendios más difíciles de combatir en el oeste de Estados Unidos. Los científicos señalan que el cambio climático ha hecho la región mucho más cálida y seca en los últimos 30 años y seguirá haciendo el clima más extremo y los incendios más frecuentes y destructivos.
Más de 20 mil bomberos y trabajadores de apoyo luchaban contra 97 grandes incendios forestales que cubrían 7 mil 560 kilómetros cuadrados (2.919 millas cuadradas) en 13 estados de Estados Unidos, según el Centro Nacional Interagencia de Bomberos.
evr