El recluso de California; Curtis Price había sido condenado a ejecución por quitarle la vida a dos personas en 1983, además de ser un asesino a sueldo de la banda Hermandad Aria. Sin embargo, mientras esperaba su ejecución en la prisión de San Quentin, el recluso perdió la vida por causas naturales a los 74 años.
De acuerdo con el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California, el recluso Curtis Price falleció en las primeras horas de la madrugada del lunes, según el comunicado de prensa emitido. Sin embargo, ninguno de los funcionarios de la prisión en California corroboró si su fallecimiento estaba relacionado por algún brote de covid-19.
Por el momento, se espera la conclusión final del forense del condado Marin para determinar las verdaderas causas de su fallecimiento. Por otro lado, Curtis Price había sido condenado a muerte en 1986 en el condado de Humboldt por asesinar a Richard Barnes y Elizabeth Ann Hickey en 1983.
Los fiscales dijeron que Richard Barnes recibió un disparo en el condado de Los Ángeles porque era el padre de Steven Barnes, otro miembro de la Hermandad Aria que había testificado contra otros pandilleros pero estaba bajo custodia protectora.
Mientras que Elizabeth Hickey le arrebataron la vida a golpes en una casa del condado de Humboldt de la que se habían robado armas y que sabía de la participación de Curtis Price en el asesinato de Richard Barnes, dijeron las autoridades.
Además, el recluso Curtis Price también fue condenado por el robo a mano armada de un cine en el condado de Humboldt el mismo día en que se descubrió el cuerpo de Elizabeth Ann Hickey.
Antes de que falleciera Curtis Price, tenía pendiente una apelación de su condena en un tribunal federal de San José, según informó Mercury News. Sus abogados argumentaron que los fiscales cometieron mala conducta y que el caso se basó en gran parte en la palabra inestable de un líder de la Hermandad Aria, Michael Thompson, quien dejó la pandilla y acordó testificar contra Price.
Sin embargo, el caso de Curtis Price no ha sido el único en las prisiones de California, ya que el mes pasado otro preso condenado murió de causas naturales a la edad de 68 años. Donald R. Millwee fue condenado a muerte en el condado de Riverside en 1990 por el disparo mortal de su madre discapacitada física.
Lo habían alojado en una prisión estatal en Corcoran, a medio camino entre Bakersfield y Fresno. Y al igual que Curtis Price, falleció justo antes de cumplir su condena.
Actualmente hay 698 personas en el corredor de la muerte de California. La última ejecución del estado fue en 2006. El gobernador Gavin Newsom promulgó una moratoria sobre las ejecuciones en 2019.
wgp