Serge Chaumette soñaba con ser historiador; hoy vive en las calles con una condición mental

Una enfermedad mental frustró su sueño de estudiar en la Universidad de California, Berkeley. Después de años desaparecido, su familia lo encontró gracias a las noticias: la policía lo había detenido por arrojarle una botella al gobernador.

La historia de Chaumette se dio a conocer cuando el hombre arrojó una botella al gobernador Gavin Newsom y fue detenido por policías. (AP)
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Suzette Chaumette recuerda a su hermano mayor, Serge, como un hombre ingenioso y amable que soñaba con estudiar historia en la UC BerkeleyA lo largo de décadas, Serge vivió con trastorno bipolar, ingresando y saliendo de hospitales y refugios, hasta que se quedó sin hogar.

En junio, lo vio en las noticias locales, tirado en el suelo y bajo arresto por presuntamente arrojar una botella de agua al gobernador de California, Gavin Newsom. Era la primera vez que lo veía en años.

"Nunca pensé que él sería ese hombre, pero es él", dijo Suzette. "No es un mal tipo. Tiene grandes intenciones y realmente aceptaría la ayuda si estuviera en el lugar correcto".

En California, una cuarta parte de las 161 mil personas sin hogar también viven con una enfermedad mental grave. Estas personas pasan años recorriendo las salas de emergencias, las cárceles y las calles en un sistema fracturado que nadie sabe cómo arreglar.

Serge Chaumette llevaba una vida como cualquier otra persona

Chaumette creció en Oakland, California, siendo hijo de contadores que huyeron de los disturbios políticos en Haití cuando era un bebé. Como muchos inmigrantes, sus padres trabajaron arduamente para brindarles a él y a sus hermanas una vida mejor: educación católica, lecciones de música y un hogar cómodo donde la familia conversaba en francés.

El trastorno bipolar con el que Serge vivía le provocaba cambios drásticos en el pensamiento y el comportamiento. Tuvo su primer episodio cuando tenía poco más de 20 años, cortando ropa y untando aceite de automóvil dentro de la casa, dijo su hermana.

“Fue entonces cuando mi mamá, mis hermanas y yo nos miramos y dijimos: 'Esto no es normal'”, dijo.

Tomó mucho tiempo obtener el diagnóstico correcto y, aunque su hermano tuvo períodos de estabilidad, nunca duraron. Entre agencias y personas encargadas de su cuidado, Serge se encontró con escasa atención médica para su condición

Pero quiso seguir adelante y trató de continuar su educación en la Universidad de California, Berkeleydonde estuvo inscrito de forma intermitente desde 1987 hasta 2003.

La última vez que los hermanos convivieron con regularidad fue cuando Serge vivía en una casa en ruinas de Oakland. Pero el edificio se quemó en 2017 y mató a cuatro personas. Chaumette fue una de las personas que se quedaron sin hogar en una ciudad donde el alquiler mensual promedio de un apartamento es de 2 mil 700 dólares.

"La percepción del público es a menudo que la familia echó al individuo, o que a la familia no le importa, pero muy a menudo ese no es el caso", dijo Sinclair Hancq, director de investigación. "Su familia realmente lo ha intentado".

Caso Chaumette evidenció las fallas en atención a la salud mental

Familias como la de  Chaumette sufren en silencio. El encuentro de junio entre el gobernador y Serge fue breve. Gavin Newsom estaba en el centro de Oakland para promover las pequeñas empresas cuando "un individuo agresivo se le acercó", dijo Fran Clader, portavoz de la Patrulla de Caminos de California que brinda seguridad al gobernador. Newsom pareció ileso y bromeó sobre el incidente.

Pero Chaumette fue encarcelado y puesto en libertad al cabo de un día. No tiene teléfono celular y su familia no sabía cómo encontrarlo.

Chaumette tampoco apareció en sus audiencias de acusación por supuestamente escupirle a un oficial en marzo de 2021 mientras lo llevaban a un hospital psiquiátrico en una detención involuntaria.

El defensor público Jeff Chorney dijo que Chaumette está recibiendo atención por su enfermedad y que todos los cargos en su contra deben retirarse.

"No podemos seguir tratando a las personas con problemas de salud mental encerrándolas en una jaula", dijo en un comunicado.

Serge Chaumette ha estado entrando y saliendo del sistema de justicia penal durante décadas, principalmente por delitos menores que resultaron en libertad condicional. No está claro qué tipo de ayuda pudo haber recibido a través de los tribunales, ya que los registros de salud son confidenciales y están prohibidos incluso para la familia.

Su hermana, Suzette Chaumette, se muestra escéptica ante las promesas de los políticos.

"Su vida es mucho más que la enfermedad mental que se ha apoderado de él durante toda su vida", dijo, y agregó que quiere que la gente "lo vea como un ser humano, no solo como un caso, que realmente se le ha dado una oportunidad en la vida".

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