En EU, retiran la estatua confederada que inspiró marcha supremacista en 2017

Las autoridades retiraron la estatua a casi cuatro años después de una violenta manifestación de supremacistas blancos que dejó una persona fallecida.

La decisión de retirarla fue tomada en 2016, pero varias apelaciones legales aplazaron la medida. (EFE)
Editorial Milenio
Virginia /

La ciudad de Charlottesville, en Virginia, retiró finalmente la polémica estatua del general confederado Robert E. Lee, casi cuatro años después de que sirviese de inspiración para una violenta manifestación de supremacistas blancos que dejó una persona fallecida.

La grúa levantó la estatua de su pedestal en un parque en el centro de la ciudad a primera hora de la mañana.

“Retirar la estatua es un pequeño paso para acercarnos al objetivo de ayudar a Charlottesville, Virginia, y Estados Unidos, a encarar su pecado de estar dispuestos a destruir a los afroamericanos para lograr beneficios económicos”, dijo Nikuyah Walker, alcaldesa de la ciudad, mientras la estatua era trasladada a un recinto municipal, según dieron a conocer los medios locales.

Poco después, las autoridades se llevaron también la estatua de otro general confederado, Thomas J. Stonewall Jackson. La decisión de retirarlas fue tomada en 2016, pero varias apelaciones legales aplazaron la medida hasta que finalmente, este año, el Tribunal Supremo de Virginia respaldó la medida.

Ambas efigies habían sido levantadas en la década de 1920.

Esa localidad del estado de Virginia, de unos 47 mil habitantes, fue escenario de enfrentamientos después de una manifestación convocada por supremacistas blancos entre el 11 y 12 de agosto de 2017, durante los cuales una mujer blanca murió arrollada por un neonazi y 19 personas resultaron heridas.

El bando confederado, que perdió la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865), estuvo formado por estados secesionistas y favorables a la esclavitud, y muchos afroamericanos consideran ofensivos aquellos emblemas que aún permanecen en el país.

En junio de 2020, el entonces presidente estadunidense, Donald Trump, firmó un decreto que ordenaba perseguir “en la mayor medida posible” cualquier acto de vandalismo contra propiedades federales.

El decreto se adoptó en respuesta a la ola de protestas contra el racismo que sacudió a Estados Unidos por la muerte del afroamericano George Floyd en mayo del año pasado, quien fue asfixiado por un policía blanco, y que derivó en el derribo de numerosas estatuas.

Hace dos meses, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, revocó una serie de decretos de su antecesor, entre ellos el referido a la destrucción de estatuas confederadas.

LP​

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